sábado, 31 de diciembre de 2011

Joy Division - Love Will Tear Us Apart

Emigrar


Frío en las venas cavas de añejados sueños y la sequedad de la boca que continúa con sed. Esta no es sino la estela de un año maldito que arrastraba cadenas en los pies, de un año que arrastraba la incontenible marcha del tiempo, que dejaba pedazos de horas, restos de la lepra del tiempo. Este no fue el mejor tiempo para que intentáramos ser audaces.

Ya no hay años incontenibles y desbordantes de rosa y azul, solo el morado de las noches que llenó de brillos las estrellas, la sal seca de cada llanto que cuece la carne de nuestras mejillas, que arde, que seca nuestras esperanzas y que al final, ambos tenemos destrozadas las plantas de los pies que ya se hartaron de andar, de buscar el camino, de pisotear la espera y su fe. Ya no hay respeto que nos una ni queda ya nada por salvar. El agua del pozo se ha agotado demasiado pronto y todas nuestras palabras se mudaron a otro pueblo, no nos dijeron ellas donde, para que no fuéramos a buscarlas ya nunca jamás.

Así, al final nos quedamos solos con solo nuestras manos y sin palabras. Dentro de poco, con menos miradas, y nos llenaremos de polvo y en nuestros sueños nos mudaremos a un pueblo nuevo y sin frío en las venas cavas de nuestros tintos corazones, barrica carne de roble que fuerte late y no se rompe, eso son nuestros corazones. Brindaremos mañana por esto que ya se ha ido, por esto que va dejando pedazos de si lastimosamente y escucharemos como el amor arrastra las cadenas a las que lo sujetamos para que no se fuera y que al final, se termina yendo. El tiempo dejará pedazos de horas leprosas en el suelo, horas que nadie ya querrá tocar.

Arrancaremos de nuevo esta masa, esta mole que se estacionó para nada, hecharemos a andar de nuevo la maquina de la vida, desbrozaremos los rieles y limpiaremos sus chimeneas. Partiremos cada uno sobre las vías férreas de nuestras necedades y obstinaciones que no supimos desmantelar, por diferentes caminos. Arrancaremos de nuevo pesadamente esta forma de vida, esta forma de ser, esta certeza de que las palabras no volverán y de que miradas, quedan ya muy pocas. Porque quizás este fué un año maldito para muchas cosas, para comenzar. Emigrar.

lunes, 19 de diciembre de 2011

The Saddest Of Nights


Muda la boca, sonríe. Ya no sabe como decirte que todo se torna demasiado gris para hacerlo llevadero, y las letras se le acabaron a mi lengua para decirte que así no es como tenía pintadas en mis cavernas las rupestres imágenes de la felicidad.

Callado en medio de las noches, permanecer rodeado de silencio, mudo, sin risas, sin miradas, sin escuchar nada más que el avance de las madrugadas y sus ruidos. Pasar la noche en vela imaginando historias, cosas, cualquier cosa que mate el tiempo mientras que mi brazo cruza por debajo de tu cabeza y permanezco en soledad. Cualquier cosa, hasta quedar dormido siempre cerca del amanecer.

A veces me platico a mi mismo acerca de los tiempos que no me tocó ver, de esos tiempos que desconozco pero que como se me antojan. Otras veces, me digo que todo está bien, que los latidos de mi corazón jamás habrán de detenerse, que jamás mi cerebro habrá de traicionarme durmiendo para siempre antes que yo. Las menos, me digo que este ruido imperceptible todas las noches no es el del cáncer que me corroe y yo sin saber...

Que corto es el tiempo, que mísera es la orden de que dure tan poco la vida. Que angustia me invade cuando escucho como el tiempo escurre como una gota de la llave que se tira... Se siente que en esa pequeña pero constante fuga, se escapa la vida. Una gota que cae y el segundero de mi reloj, son el ancla de mi insomnio. Que corta es la vida para pasarla con los ojos cerrados viviendo en mundos que no son este mundo. Si duermo, no sueño, o sueño poco. Ya me perderé en otros mundos cuando duerma eternamente.

No entiendo la calma de los que duermen, no entiendo la aceptación de las cosas con esa humildad y parsimonia. No entiendo como duermes mientras la vida se nos escurre de las manos, como segundo a segundo se fuga para siempre en instantes que nunca volverán. No entiendo la absoluta calma de tu respirar mientras vivimos a la expectativa de confiar que seguiremos aquí mientras ese pedazo de carne bestia que sólo late, no nos falle, no entiendo como no pasamos noches enteras viviéndonos y devorando el poco tiempo que nos han regalado, no entiendo como cierras los ojos y desapareces quien sabe donde, confiando en que ese intestino absurdo y enrollado que tengo por cerebro no se duerme antes y para siempre. No entiendo como no te despierta a media noche el corroer de un cáncer cualquiera que me invade.

No me gusta tu sueño. No me gusta porque es cuando no se donde estas verdaderamente. Y ya no sé como decirte, si cuando estés dormida o cuando estés despierta, que ya no sé como decirte que las noches me consumen y me asfixian, que es en las noches cuando suelo perderme y cavilar todas las cosas que hago siempre en mi vida, que son estupideces o locuras. Ya no sé como decirte que cuando me quedo mudo por las noches, en lo solitario, me vienen a la mente cosas, ideas que al corazón le hacen daño. Ya no se como decirte que es en las noches cuando mi alma se hecha a andar y que te saca ya mucha ventaja, que en tu andar del día, ya no la alcanzas. Ya no sé como decirte que soy como una barca vieja que se va cuando llega en las noches la Luna y se la lleva dentro la marea alta... Ya no sé como decirte que tu sueño es una puñalada.

Ya no se, de verdad como decirte en medio del día, que no entiendo como puedes dormir con esa calma confiando en que cuando despiertes, todo seguirá igual, que hay cosas que suceden cuando todo está en calma, que no entiendo como puedes dormir, como si estuvieras segura de que al despertar, no habremos, alguno de los dos, desaparecido para siempre...

martes, 13 de diciembre de 2011

Klaus Nomi "The Cold Song"

The Coldest Eyes.


Fríamente las manos se extienden a lo largo de las sombras, en medio de esta media noche que nos disuelve. Fríamente acariciamos los rostros besamos los deseos y caemos en cuenta de que nuestros rostros se encuentran ya demasiado cerca. A veces llego a sentir que el amor es el dolor del choque de las bocas, del dolor placentero de la caída al vacío de mi mirada, al pozo insondable de tu mirada. A veces, menos tal vez, llego a creer que el amor es solamente eso que nos sucede cuando no nos tenemos cerca.

Fríamente abordamos la noche y entre estas canciones de siempre, nos acariciamos, si, fríamente. Uno tras otro, los colores cambian y nuestras almas se iluminan como psicodelicas vías lácteas. Nebulosas de sentimientos encontrados hace poco, que nos hacen perder las órbitas de nuestros pasos. Como estrellas, giramos. Como estrellas, caemos y como estrellas, nos despedazamos. Como estrellas, también, apenas descubrimos que uno a otro, nos devoramos. Caníbal es a veces el amor cuando se acelera demasiado.

Fríamente caminamos por las cuatro esquinas y los siete pilares, tomados de la mano. Si el tiempo no jugara tan sucio, te llevaría lejos de aquí, para tener lo que necesito de ti, para decirnos cosas que sabemos jamás se harán verdad, para sentir que estas mas tibia que la última vez y esta vez, terminar lo que empezamos. Fríamente nos miramos y calculamos que no es suficiente este espacio. Vestida de rojo o de azul, te fugas siempre. Sin tiempo que me alcance para sostener tu mano.

Fríamente sabemos que llegamos, los dos, vaciados de muchas cosas, oscurecidos de otras tantas, apagados muchos sueños, raspados de inolvidables heridas. Sabemos que en la vida solo pueden subsistir dos cosas: Luz y espacio, y ninguno quiere ceder a la oscuridad un paso. Fríamente me dices que así no es suficiente, que prefieres el torbellino de la caída a la desolación de la calma, fríamente me dices que es lo que quieres. Fríamente se que es todo lo que puedo darte.

Fríamente nos miramos... Fríamente nos esperamos.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Winter Again


Y viene el frío de un nuevo invierno, con sus despejados cielos y sus recientes promesas de limpiar este ciclo que se ha empolvado demasiado, demasiado turbio para ver a través de la realidad. En los huesos, en la piel, en el aire que entra a tus pulmones, sientes como te abandona este vacío o, al menos, se congela, sientes como se petrifican tus manos y los sueños emigran hacia el sur.

Sobre el lago congelado de tus sueños, la quietud parece una estampa, un antiguo oleo pintado por Noruegos. Sobre el lago congelado de tus sueños, observas como tus recuerdos patinan dando giros y piruetas, como fantasmas que aparecen sólo para ti, y puedes escuchar levemente el crujir del hielo bajo tus pies.

Y viene el frío que cala los huesos, que duele en las manos que están demasiado lejos ya de ti para calentarse en sus caricias para ti. Y vendrán vientos grises, nebulosos e informes a destrozarnos muchas cosas por dentro, muchas de esas cosas que no pueden recuperarse jamás. Entre el blanco de la nieve buscaremos refugio, que en un descuido se convierte en sepultura. Y esas cosas que se marcharon en esta vida no sabrán regresar.

Vendremos como cada año, con nuevas promesas y virtudes, con halagos para todo y sueños renovados. Vendremos creyendo, otra vez, que nos comeremos el mundo sin aprender que el mundo no nos dejará de comer un instante jamás.

Sobre el lago congelado de tu pecho, me sentiré cercano del fuego, porque el inclemente frío de la vida es mayor. En cubos de hielo de tus palabras cortas y distancias largas, sentiré que mis manos se queman con las brazas de tu lengua, porque el agua nieve me tiene aterido y paralizado hasta el dolor. Esfinge de hiel y hielo que no gotea mas liquido que el derramado por sus ojos.

Me pregunto, ahora que vendrá este frío y sus grises pinturas Noruegas, sus azules claros y sus noches tan largas, si encontraré en ti un poco del calor que necesita mi cuerpo, mi cuerpo que te pide a gritos el arder de un nuevo fuego, de unas cuantas chispas que iluminen este interior oscuro y en frialdad. Me pregunto si este invierno encontraré en tus ojos la ardiente chimenea, la remota y ardiente cabaña en este camino que serpentea y canta. Me pregunto si en el verano no se habrán cerrado sus puertas, si no se habrá derrumbado, si no habrás cambiado los cerrojos, si aún recordaré el camino para volver, para entrar de nuevo en ti, para revivir los momentos que por ahora, en medio de esta lluvia pertinaz de otoño, se nos borraron y parece que se están escurriendo por todos lados sin que ninguno de los dos pueda remediarlo.

Y vendrá el invierno con sus días claros y sus noches largas. Y vendrá el invierno... Y vendremos nosotros a revivir aquellos momentos, trataremos de encontrar la forma de resucitar lo que ahora, ahogandose, está en riesgo... Vendrá el frío del invierno, con todos sus males y todos sus milagros.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Sepultura - Roots Bloody Roots

Roots.


Corriendo por dentro, como miles de caballos por el desierto. Corriendo por dentro como ríos subterráneos de rojo intenso. Por dentro que nos llevamos tu y yo corriendo todo esto, todas mis noches, todas mis vidas y todas mis muertes.

No hay ya caso a seguir llevando esta manta de sueños que me cubren de tus fríos. El corazón se torna anhelo por alcanzarlo todo, por sentirlo todo y mis ojos que se elevan siempre demasiado alto, me llevan siempre a creer que las estrellas son alcanzables. Ahora las estrellas se escurren como luz entre los dedos que no saben aprehenderla.

Cortando los túneles más secretos de mis brazos, esos que nos llevan a todo lo largo hasta mis pies descalzos. Por ellos caemos riendo y llorando, peleando y jugando, hundiéndonos, hiriéndonos y volando, nadando en ese sueño líquido de mi sangre que ahora cortamos. Que fuera de mi, veo diferente, ya sin brillo, ya sin su movimiento vivo. Ahora lucimos envueltos de ella, como ennegrecida, vestida de un extraño luto… Mi mano, como buque abandonado en la costa, flota con la proa de sus dedos hacia arriba. Y te veo escapando… Escapando… Escapando… Envuelta en ese negro manto, mi corazón es ahora hemorragia de ti que mana como la tinta del calamar lastimado. Escapando haces de la claridad del agua un jardín secreto que huele a noche y naufragios… Y ya viene poco a poco la noche, la noche de terciopelo sin sus miles de clavos brillando.

Escapando, los túneles de mis brazos te dan la libertad de la herida. Para cuando me encuentren, la noche habrá caído para siempre. Para cuando me encuentre tu ya estarás muy lejos de aquí, corriendo, escapando disfrazada de tinta de calamar cortado. No más en tus ojos el reflejo de este correr maldito que nos ha traicionado… Por fin veré tu libertad con los ojos cerrados.

Armin Van Buuren - Mirage

Espejismo


Esta noche la lluvia no vendrá a lavar nuestros pecados y nadie será del todo feliz. Esta noche el único deseo vivo que tengo, es el de poder recordar, traer la valija de la memoria llena y vaciar su contenido sobre la cama. Hurgar en los retazos de recuerdos perdidos y revueltos. Recordar que mis letras se repiten incesantemente, que mis necesidades son siempre las mismas. Recordar que desconozco del fantasma que habita en tu piel. Recordar que siempre quise poder entrar en tu mirada para saber lo que estas sintiendo, pero nunca estarás lo suficientemente cerca.

Abriré la ventana, porque me ahoga el mohoso humor de mis memorias. Ocultaré mis gestos tras una cortina de humo de este nuevo cigarro, unos golpes para deshacerme de lo ya quemado. La luz del cielo ha muerto, dice una esquela opaca proyectada en los cielos, es sólo la penumbra de la casa en esta su soledad de cada madrugada.

Quietud. Respirando hondo presiento el amanecer. Y recuerdo la violencia del amor, recuerdo las torturas del deseo, las necesidades de la carne… Siempre la carne que nos arrastra mundanamente, que nos pierde sin razón ni sentido. Crueldad. Siempre la crueldad.

En medio de las memorias, cerrando los ojos, apareces y desapareces, vas y vienes y al final siempre te hundes en tus mares. ¿Yo? Yo siempre espero en la orilla un rasgo de serenidad, lleno de oscuros pensamientos, lleno de nebulosa espera.

Sangro por ti que no existes, sangro la confusión de darme cuenta que no existes. Entre mis memorias buscando, me doy cuenta que todo es demasiado borroso, presente y pasado se mezclan, se pierden. Sangro la inexistencia, sangro sabiendo que desde algún lado me observas y seguiremos sangrando eternamente hasta que logremos recordar, seguiré sangrando hasta que te encuentre, o en el tiempo perdido, o en los escombros de mi mente. Seguiré sangrando hasta que se me acabe la sangre, y recordaremos después, entre risas, que la vida es una gran broma, quizás la mas grande de todas las bromas… Mientras tanto, me resta escribir sin sentido cada noche mi confesión, y estrellarme noche tras noche en incontables espejismos.

Me he dado cuenta que este mundo es un espejismo donde me estrello cada vez que despierto.

New Order Procession

Procession


Dejar el tabaco. Dejar de tomar un poco de alcohol. Dejar las grasas. Dejar de correr porque las rodillas están demasiado gastadas. Dejar de amar porque el corazón conoce ya demasiados trucos. Dejarlo todo. Dejar la vida. Sería bueno que alguien nos dijera cuando es necesario dejar la vida para no seguir haciéndonos daño…

Sería bueno saber callar también a tiempo, aprender a que las cosas resbalen por nosotros como la lluvia sobre nuestros impermeables amarillos y negro salamandra. Brillosos, lustrosos, manteniéndonos a salvo de la tormenta, sin frío en el cuerpo al menos.

Siempre terminan así las historias: Yo en la noche de un domingo que se va. Yo frente a las letras y con la soledad de nuevo a cuestas, yo con la taza del café en las manos curando con el yodo del atardecer las heridas del alma, esas que no me alcanzo a lamer. La historia siempre es larga y confusa, y siempre la historia que termina demasiado pronto para que ninguno de los dos pudiésemos asirnos de nada. Y sentimos como nos hundimos y esto que dentro vivía, irremediablemente se asfixia.

De nuevo la noche difícil, de nuevo este vacío en el centro del cuerpo que es como si nuestro corazón fuera postre de los infortunios al que la maldición de siempre, le ha arrancado una buena cucharada.

De nuevo el amanecer vacío con esta ciudad que de nuevo queda hueca con esos lugares que sangran en nuestra memoria… Sin parar. De nuevo este día que vendrá para herirnos en lo profundo. De nuevo despertar mañana para inventarnos un sueño, para que el infinito no nos haga llorar.

Dejar el día y dejar la noche. Dejar con el nudo en la garganta (este maldito nudo en la garganta) que mis pasos me lleven lejos. Dejar que mis ojos lluevan en las arrugas de mis manos y ver si así algo brota de su aridez, porque mis manos no echan raíces en ninguna carne, porque como una extraña premonición, ambos sabíamos que no habría una segunda vez.

Dejarlo todo. Dejar… Dejar… Ahora todo se queda oscuro y frío y los muertos regresan. Los muertos que nunca nos dejan, que nos persiguen toda la vida, que andan tras de nosotros y los perros, solo los perros, pueden verlos como una procesión a nuestras espaldas mientras andamos por la vida… Entonces recuerdo porque siempre me ladran los perros…

lunes, 24 de octubre de 2011

Las Redes De Los Signos


Las redes que alguna vez se extendieron al mar, poco a poco por las noches, cada noche, las vas recogiendo de vuelta, atrayéndolas hacía ti vacías, nuevamente vacías porque el estéril mar no muestra sus frutos. Siempre esta misma necesidad de ver que los esfuerzos sirven para algo, siempre esta maldita espera de que ahora si, esta vez, sea diferente. Pero nunca lo es. Sucede como una cinta irrepetible siempre lo mismo, una y otra vez. Una y otra vez...

Ya no albergo grandes esperanzas de poder extender las redes y verte salir. Ya no. Creo que sin saberlo, te he ahogado en el mismo sueño y tus restos yacen en el fondo, borrosos y difuminados. Creo que te cansaste de esperar también, creo que quizás un buque de hermosos galones te subió a cubierta y viajas ahora mas allá de la linea de este horizonte amargo que nunca acaba.

La vida no esta hecha de sueños, sino de realidades, atroces realidades, frías y desalentadoras realidades. Y también quizás, naufragues de lo mismo. Quizás, también, no puedas verme ni extraerme en tus redes y yazco en el fondo, también borroso, también difuminado. También sin cura para esta alma enferma que me pesa como el plomo y se hunde, y se hunde llenandose de sedimento y sal.

Con mis redes en mis manos, esta noche decido soltar las amarras, apagar el fuego y regresar en oscuridad y silencio a mis costas, a mis realidades, a mis muchos, pero a tu vista, insignificantes esfuerzos por pescarte. Entiendo que quizás no hayas sido mas que un sueño, una de esas criaturas fantásticas de Verne que emerguen de las aguas para asombrar al hombre y hundir sus sueños. Es probable que nunca llegues a volverte realidad... Pero que doloroso es sentir tan cerca tu mano, casi rozarla, casi sentir el calor y el asirte de mi para que pudiéramos escapar juntos de estas malditas mareas que nos ahogan y en un instante, saber que desapareciste como neblina atlántica del helado amanecer.

Recogo mis redes y suelto las amarras, que la marea me orille a mis tierras, a mi remota isla inaccesible... No sé si volveré mañana por ti. No sé si volveré mañana por mi mismo y por mis sueños o simplemente contemple el mar desde la orilla para siempre con esta duda, esta duda que se escucha como tu voz en el caracol que me acerco al pecho para que lo escuchen los oídos del corazón.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Lunascape - Tears From The Moon

Castles


El respirar de la distancia que se hace cada noche mayor. El ruido cotidiano y tenue de cada amanecer en tus brazos, de vigilar tu sueño de las malditas pesadillas. El vivir colgado del árbol de la vida comiendo cada día sus frutos. Eso es abrir los ojos en medio de estas ganas de llanto y cicatrices que no se olvidan. Perder la razón nunca fue suficiente ni solución a la enfermedad.

La memoria es cruel, te asalta como un tigre por la espalda en una noche cualquiera. Te dice que los pasos que vas a dar son insuficientes, que no valen la pena porque no importa el camino para nadie, sino los sueños al final. Nunca me despejo la duda del porque, porque queremos alcanzar la perdición en todos los caminos que tomamos, sin pensar en que estos caminos son lo que se desprende del árbol de la existencia y dejamos que todo lo que cae se pudra, porque creemos que adelante, habrá algo mejor.

Respirar es la solución a noches de silencio, a noches donde las razones se desbaratan y fragmentan y todo pierde sentido. Noches de insomnio y fatiga del alma que entiende que lo que hace nunca es suficiente... Quizás si se durmiera para siempre y se dejara llevar por la corriente...

Llevados por esas nubes arriba de nuestros deseos, perdemos la escencia de todo y desechamos día a día, noche tras noche, la oportunidad que se nos presenta. Dejamos de vivir cada momento pensando que habrá un momento mejor, allá adelante, en lo que queremos realizar. Así, vida y amor pasan de largo. Ciegos permanecemos y nos perdemos del presente por ese futuro sin sentido, sin rumbo, sin dirección.

Me sumergo en el amanecer y me desprendo de mis ganas, de mis intentos, de mis deseos. Lo hecho hasta ahora no sirve, no vale, no vive dentro de esto. La vida se escurre y nos quedaremos con la nada entre los dedos, porque al final, tu buscas el final del cuento, el castillo al final del camino y yo, la vida en el camino... Ese camino que se pierde cada noche para siempre porque preguntas si en el horizonte, el castillo aparecerá... Yo solo se que allá dentro de ese castillo, no hay nada que el camino no contenga, que el camino no te haga sorprender.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Killing Joke - Love Like Blood

Quizás... No sé...


Me mire la manos en medio de la noche. Me mire este fondo abismal dentro y quise rellenar el hueco con arena. No encontré mas que cascajo. Lo peor es que entre esos restos de desperdicio provenientes de mi construcción, aparece revolcado en vidrios y piedras mi corazón, harto de lo mismo siempre, harto de asomarse para recibir una bofetada, harto de salir para acabar en el bote de la basura... Ver ese resto de mi, que también perteneció a mi, a mi cuerpo, a mis restos que aún son mortales es desear al mismo tiempo no querer verle mas y de una vez por todas, darle sepultura. Porque en mi corazón es donde posiblemente esté yo. Yo más completo, mas entero, mas en mis propios humores y destilaciones. Con el resto de aquello que quede de mi, no me importa mucho lo que se haga, si quieren, dejen al aire y al polvo expuestos mis huesos y lo que resta.

Alguna vez salí a probarme suerte, a decirme que es posible lo que quiero, que allá debería haber algo semejante a esto que siempre siento. Con esas revolturas en el corazón, como soldado que sale silbando camino a la guerra entusiasmado sin saber lo que es la guerra, me fui y me afile la mirada, envolví ese pedazo de carne latente con todo lo que tenía que siempre ha sido mucha suerte. Ahora los restos. Ahora las batallas perdidas y las botas gastadas. Ahora las cicatrices y las marcas, ahora envuelvo el corazón en una capa de tierra y vidrios estallados. Me quedan menos muelas, menos risa, menos piel, menos cabello, menos llanto, menos ganas. Me queda menos fuerza, también. Queda menos de mí. Y estos restos que no puedo sepultar.

Una noche me miro de nuevo las manos vacías y hago que mi corazón camine cabizbajo y rendido a su tierra que es mi cuerpo, por que esa guerra ya no es nuestra guerra, porque estamos con un aliado que se ha rendido. Y revolcado de sus días atrincherado en tu carne, regresa. Derruido. Silencioso. Opacado. Con la mirada mas perdida que la ultima vez.

Mirando ese abismal vacío, doy una fatal bienvenida a mi corazón. No tiene nada que decirme. No tengo nada que decirle. Nos miramos y nos entendemos. No lloramos porque es ya demasiado para unas gotas y nunca el llanto sirve para nada.

Cuando vuelva a abrir los ojos, miraré mis manos vacías y en el amanecer de este día sabré que ya te has ido. Sembraré las flores que usaré en este funeral y usaré un machete para liberarnos de las yerbas: yerbas que crecen en un deseo viejo, yerbas que destruyen el jardín y el futuro de un adolescente, yerbas que convierten cualquier corazón en sangre, piel, grasa y carne de desecho. Me quitaré la ropa sucia de tantos días fuera que no sirvieron para nada. Me quitaré los zapatos llenos de cansancio para descansar un poco los ojos, para cerrar el alma de nuevo tras ese muro del que me asomé para cometer de nuevo el mismo error... La misma piedra se me presenta en sueños una y otra vez y mi corazón no sabe el truco para brincarla. Me encerraré en esta música que nunca es alegre, pero que me calma las ganas de salir corriendo tras de ti porque siempre me dice como es la realidad. Cuando vuelva a abrir mis ojos al amanecer para ver mis manos vacías, abrazaré a mis padres aguantando el llanto porque habrá un día que por mas que quiera no podré dibujar su rostro en mi memoria y aparecerán borrosos. Entonces lloraré.

Cuando despierte con las manos vacías, procuraré no soñar que todo es posible, que lo que escucho no es nunca la realidad, sino deseos jamás logrados, anhelos de algo que nunca sucederá. Veré la cara de mi suerte y le diré que haga de mí lo que quiera pero que no me deje vivir tanto por ese tanto que no quiero ver. Tenderé la cama, ahogaré los fantasmas en el café del desayuno y te veré desaparecer.

Cuando te vayas, cierra la puerta tras de ti, porque me quitaré los ojos para no ver la oscuridad. Andaré a tientas para enterarme a tiempo que la vida es el vacío. Cuando vuelva a despertar seré menos yo, quizás, no sé. A la mejor ya no estén mis recuerdos. A la mejor he perdido uno o más sueños, como he perdido un tumor esta noche que fui a buscar tu voz y me encontré con tus inhóspitas decisiones y me sacaste como podredumbre que era parte de tí.

Al paso que voy, para cuando vuelva a ver mis manos vacías, seré un pequeño tumor en vías de ser extirpado. Volveré a las barbas de mi soledad como un hijo pródigo dado al traste, quizás, no sé.

martes, 6 de septiembre de 2011

Lake of Tears - To Blossom Blue

With Broken Arms


Eramos unos desquiciados por el dolor y las heridas de las podridas trincheras de la vida, esa es la verdad. Eramos a quienes el deseo siempre pisaba los talones, sin alcanzarnos jamás. Eramos muchas cosas antes de nosotros mismos. Nosotros mismos agotados, grises de lluvia y demasiados recuerdos. Nosotros mismos opacados por el tiempo, el espacio, las tareas y los amaneceres siempre demasiado tempranos, por las noches que nunca alcanzan y por los días demasiado largos. Eramos y fuimos, obligados por esto que ahora se tiñe de hastío, de incertidumbre, de adióses demasiado tempranos, de no saber que decir y callar con una espina atravezada en la garganta y una mas grande en el corazón.

Eramos inauditos, inaccesibles y perniciosos. Eramos y fuimos. Eramos demasiado para ambos, para el uno y para el otro. Agotamos en ese existir la poca sangre, última sangre, que nos quedaba. De alguna manera algo se fue coagulando y deteniendo, perdiendo velocidad y ya no siento que corras por mi sangre.

Eramos dos suicidas gotas cayendo a muchos vacíos, en esta hemorragia imparable de mi sangre que corre hacia ti, escapando. Al final, lo único que corre siempre es la sangre, al final, siempre hay lágrimas y un pesado nudo en la garganta. Siempre este polvo que te cubre de gris marea Atlántica y un morado de nostalgia. Eramos una reunión de un Agosto cualquiera que tenia entre sus manos el cuello de nuestro amor y respeto para asfixiarlo, para repetir la canción del Legionario: "Ven, dulce muerte... Ven" y continuamos después rezando. Y llorando llega el sueño, con la humedad de nuestras lágrimas agazapada en la almohada sentimos que escapa el calor de nuestras necesidades y sentimos que somos héroes demasiado grandes para estas pequeñas victorias. Insignificantes siempre victorias.

Eramos el uno para el otro. Fuimos el uno para si mismo y se congelaron fuera de nuestros corazones aquello que aseguramos que pasaría. Fuimos espíritus que nos habitamos mutuamente. Fantasmas dentro de un árbol seco y guarida de búhos y parvadas de desiluciones. Eramos todo lo que teníamos y fuimos insuficientes. Eramos nuestra segunda oportunidad y fuimos primerizos inexpertos. Y la sangre ya no corre, la sangre que también se cansa. La sangre que ya no viene a nosotros para arder en llamas al vernos... Eramos todo lo que teníamos. Eramos una flor que tuvo siempre el tallo cortado. Eramos todo lo que teníamos.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Autumn Tears- They Watch With Closed Eyes

The Blind


Descendiendo en la carne. Descendiendo en sus oscuridades, sus graníticas resoluciones de la sangre que coagula pronto mis intrusos sueños nacidos por mi espíritu, atacados por mi cuerpo como su mordaz reacción a acabar con lo extraño. Mi carne que se cuece en los ardores de la fe quebrantada y la desilusión aterrizada. Mi carne que se retuerce cuando las puntas de mis anhelos desean sanarme. Mi carne. Descendiendo en mi carne me encuentro con los nueve paisajes circulares de Virgilio que se muestran cada noche frente a mi, fulgurantes, impecables. Mi carne que se mezcla con mi sangre, mi sangre que es el medio camino de la vida. La vorágine de mis entrañas no ha podido nunca acabar con la vorágine de mi espíritu, y como monstruo marino de dos cabezas, luchan sempiternamente por uno a otro a devorarse. ¿Que visión representa en el otoño mi espíritu arrancando trozos a mordidas de mi cuerpo? ¿Sosteniendo mi materia entre sus fauces? ¿Que clase de veneno para los ojos se libera cuando mi cuerpo niega alimento a mi espíritu y lo encadena a sus perversas voluntades? Y veo mi espíritu colgando, en jirones de las dentadas fauces de mi cuerpo mientras con la siniestra garra le arranca las ganas de seguir adelante... Debo estar ciego para soportar estas avernales visiones, estas tortuosas gravedades.

Cuerpo y espíritu, desgarrandose entre ellos, Caín y Abel liberados a su frenesí de sangre, descienden por la puerta del infierno donde la balsa los espera en los torrentes que conduce por sus ríos mi sangre. Mi sangre... Mi sangre, Aqueronte de mi transcurrir pausado sin sombras detrás ni delante de mi para guiarme. Sin reflejos, sin recuerdos.

Por ahora, se abre ante mi un panorama que me estrella la mirada... Una abismo tan profundo que mi vista se va al fondo y no regresa para contarme lo que ha visto... Así, sin visión ya, permanezco en el este limbo, donde Virgilio apiadado de mi me tiende un poco, levemente, su mano. No hay manos que me alcancen para asirme de ellas y salir, volver a la fe, volver a la tina bautismal de la que fui arrojado por dudar. Se me niega volver a ver aquello que me redime a diario, que me recuerda en su rostro, el rostro de mi creador y su misericordia. Tuve de nuevo fe y ahora, ciego, permanezco en este limbo. Sin cielo ni llamas, una espera eterna simplemente por ser desarraigado de una fe.

Se me ofrece mi propia carne como alimento y manjar que habrá de apaciguar todas mis hambres. Mi propia sangre como embriagante bebida que habrá de apagar mi sed toda. Con la venda en mis ojos, esperando que mi visión regrese de ese oscuro y brutal abismo, ciego, espero masticando y sorbiendo, escuchando estruendos y tremores de mi carne que no alcanza a saber que sucede alrededor.

Entre el caos, distingo la voz de Lucano, Electra, Antifonte, Antígona, Deifile, Argia, Ismene, Hipsípila, Manto... Aún no escucho a Minos, así es como mi carne y mi espíritu uno a uno se devoran, pero no se vencen. Aún debe haber alguna luz donde mi ceguera no cubre tramo. Aún está prometido el sueño de Rifeo para volver a las ascensiones que traerán a mis cuencas vacías, claridades.

Descendiendo en la carne, los nueve círculos se abren. Te asomas a todas las fosas. Los oscuros y turbios ríos de sangre, incalculables. Sordas visiones que no alcanza la eternidad para comprender... Fluye ciego mi espíritu a través de mi carne, como el calor que habrá la noche en que entre tu cuerpo, se derrita mi sangre... Y ciego, descienda por cada uno de los abismales paisajes que cautivadores, inigualables, implacables, a mi ciega visión se ofrecen, siempre, incalculables...

Stoa - I Held The Moon

I Held The Moon


En el eclipse de tus ojos siempre encontraré un diamante que cegará mi alma para siempre. En el negro y blanco de tus ojos siempre estará la luz y la sombra de mis penumbras y claridades, que me cuentan de fantásticos seres que se despeñan a lo lejos, en los linderos de tu crueldad, que me recuerdan el no orillarme demasiado hasta correr el riesgo de flotar sin mi gravedad. En los eclipses de tus ojos siempre hay estrellas que desaparecen, soles que se extinguen y mundos que implotan cuando se ha secado su corazón. Un agujero negro nace cada vez que me miras desde la memoria que guardo de cuando te conocí, de cuando envuelta en bocanadas de lluvia apareciste impermeable, exhausta de esperar y de soñar y te diste cuenta que estas más en lo alto que yo.

Entre las risas de la noche y los cantos, entre gotas golpeando nuestros sueños y nuestros deseos, con la media noche escotada en tu pecho y las madrugadas contenidas en mis manos para ti, para llenarte de caricias y de besos, una luna creció aquí dentro, y nos contó de cuando nosotros, como semi dioses incalculables, peleábamos contra nuestros propios demonios, y creamos un mar de sal, y uno de fuego. Un mar de agua y uno de arena. Quisimos destrozar nuestros dolores en un océano de leche solo para nosotros dos, quise tomar del fondo de tus mares las hierbas de tus tristezas y anhelos, de tus deseos todos y de tus secretos completos, para batir el mar.

En nuestro anhelado espacio aparecen de vez en cuando seres que emergen de los mares de nuestras miradas, letras y palabras. Olas que nos calman o sozobran las dudas y las certezas, nuestras fortalezas y cada una de las debilidades. De vez en cuando de nuestras gargantas un sabor amargo nace y nos invade las esperanzas, de esas gotas bebe y se vuelve peligrosa una serpiente roja que nos envuelve tratando de asfixiarnos, y un escorpión azul que nos mira levantando la cola. Otras veces aparece un buen trago de leche y miel que nos embelesa en envoltorios y abrazos sintiéndonos con toda nuestra piel, que nos alimenta el cansancio del día con nuestros alimentos de las noches. Unas veces, las menos, baja una mano del cielo y nos da a beber de los vinos que permanecen en las cavas de nuestras estrellas, añejados en tiempo luz, vino que nos hace mirarnos con este deseo que ya no sabemos contener y siempre, cada noche y cada amanecer, mi deseo me empuja a embriagarme bebiendo de ti. Siempre de ti...

Aparece de vez en cuando dentro de ti un árbol que con su aroma me transporta fuera de todos los mundos. El aroma de saber que estas cerca de mí.

Aparece siempre la Luna para rodearnos y calmarnos, y de vez en cuando la acompaña una mansa lluvia.

En el eclipse de tus ojos siempre encontraré ese diamante que cegará mi alma para siempre. Y en sus reflejos encuentro siempre este dolor de saber que un día podría perderte, verte desaparecer tras las nubes de la memoria, verte ensombrecer y claudicar de mis batallas a tu lado y no tenerte mas, en el negro cielo sin estrellas de mi alma, en la bóveda que te resguarda para mi, para que seas mía como única existencia que me liga a la realidad y al mundo, que me diga a mi mismo que soy real porque existes y te siento y te veo y te grito, ensordecedoramente en silencio, que no se que he hecho y me ves navegar en mis negras plumas bajo tu luz cada noche en el lago silencioso de tu ausencia que me duele, que me arranca la sangre a través de dolorosas bocanadas de silencio...

Tenía la Luna en la luz de mi mirada. Tenía la Luna en la punta de los dedos y sentía que podía tocarla, arrancarle los bocados de Calvino para saber de que esta hecha tu luz y tu polvo. Navegar de cabeza al mundo sobre tus mares atrapado por tu gravedad, saber con certeza que no me dejarías caer, que podía aferrarme a tus redes, a tus resguardos, que a este mundo nunca de nuevo me dejarías volver porque había llegado hasta ti, imprimiendo en tu piel la huella de mi que no habría de borrarse jamás...

Yo tenía la Luna y sentí tocarla, sentí su rostro en mis manos y tu piel en sus suaves arenas. En sus eclipses veía el amor de tu mirada, el calor que tu cuerpo desprendía bajo los mantos de la noche para mi. Yo tenía la Luna para perderme por las noches con tu luz por todos lados sin ahogarme, sin confundirme dentro de ti por tus calles y tus laberintos. Yo tenía la Luna en mi mente como tótem para siempre regresar de los malos sueños... Yo tenía hacia donde dirigir la mirada por mis noches, en cualquier parte de este mundo sabiendo que estarías ahí, para cubrirme cuando mis fuerzas menguaron, para celebrar conmigo cuando mi corazón se llenara, para hacer de mis antiguas cicatrices, crecientes sanaciones... Yo tenía la Luna. Una Luna que desde el fondo de este oscuro lago que me ahoga, no puedo encontrar. Una Luna que no puede transpasar la barrera de estas aguas nocturnas y brilla en sus superficies, buscándome sin saber que yace en el oscuro fondo mi cuerpo, que poco a poco el sedimento de tu ausencia terminará por cubrirme y desaparecerme... Arriba quedarás tu, brillando... Brillando.

Martin Gore - Compulsion

Broken Skin


Es extraño darte cuenta de como tu boca se seca, tu cuerpo se acostumbra a su ausencia, tu mente a la sequía y tus necesidades se reducen conforme avanzan los días. Simplemente como la serpiente, te retiras de esa piel que ya no puede contenerte mas, porque haz crecido... Se supone que haz crecido, aunque sabes que el crecimiento es una utopía fundada en tu fe. Y tu onírico corazón se acostumbra también a tus pasos en silencio, a que ya no lleva dentro ese estruendo de cuando el mar se rompe en la tierra estrellándose, de cuando la luz del cielo se conecta con el agua y violentos incendian sus ramas, las ramas y raíces de tu corazón recién enterrado cerca de ninguna parte.

De tu corazón, se desprenden gajos. De tus necesidades, costras. Guardas silencio y platicáis con algo que hace mucho llevas dentro y que sólo tu y aquello comprenden. Por eso guardas silencio y callas y escuchas aunque sea extraño darte cuenta de como todo resbala cuando vistes tus deseos con un impermeable amarillo que resalta en los grises paisajes de tus derrotas.

¿Que si tus ojos se proyectan a un horizonte que nadie mas que tu vislumbras? Sí.
¿Que si puedes amarrar alguno que otro sueño para poder respirar por las noches? Sí.
¿Que si puedes dar media vuelta con indiferencia, con frialdad, con estupor? Sí.
¿Que puedes dejar que las cosas simplemente sucedan? Sí. Y no eres el primero.

Simplemente pones un pie delante de otro y estas avanzando, mudándote de ti mismo, de las ruinas que te construiste para pensar mejor y sabes que simplemente sucederá.

Es extraño darte cuenta de que tus estados se van ligando a tus pies que te llevan, que te sacan de donde estés y más extraño aún es que las cosas simplemente suceden, con la sequedad de tu boca, con la extraña sensación de que tu cuerpo se acostumbra a todo, incluso a su ausencia y ya no te arde una llama en los ojos, porque la han terminado por apagar tantas lluvias en tu vida. Es extraño que muchas cosas rotas ya no te duelan más.

Diary Of Dreams - Tears Of Laughter

La Sangre De Las Gotas.


Una tras otra las gotas se precipitan en vanos suicidios, en absurdas caídas al suelo... Y los días se van opacando. Algo aquí dentro va perdiendo su lucidez. Las sombras mojadas se alargan y brillan con las amarillentas luces callejeras, que siempre son baratas, escasas, dispersas. Cuando al atardecer comienzan a prenderse, sabes que de un momento a otro la soledad, tu soledad, te golpeará desprevenido en el rostro. La bofetada de la soledad al atardecer es amarga.

Y una tras otra, en suicidio y soledad, las gotas escurren por los muros, aquellas gotas que cobardes prefieren la desaparición lenta del embarramiento al pequeño estruendo de aplastamiento por gravedad. La sangre de las gotas bañando las melancolías del mundo, la sangre de las gotas que brilla en los adosados caminos y forma charcos donde pequeños, brincamos... ¿Cuántos barcos de papel no han navegado y se han remojado hasta hundirse y des doblarse en la sangre de las gotas? Escurre la ciudad de todos sus muros, de todos sus abandonos, escurren las ropas que se tornan pesadas, demasiado pesadas. Se vuelve la vista una borrasca, se mezclan y confunden la sangre de las gotas y tus lágrimas.

En noches como esta, no existe un lugar que te quite este dolor, ni este abandono a tu alma, ni esta pesada soledad y densa tristeza. Fumas en la ventana y eso es un cuchillo que se clava, que se tuerce y te escarba. Quisieras dormir para no padecer estos momentos, quisieras poder tener alguien a quien ver a los ojos y ya todo lo conozca, porque en esa mirada se lo habrás contado. Quisieras poder llorar sobre ella y secar todas estas sangres de las gotas que te han contaminado por dentro, hasta quedar seco para volver a empezar. Quisieras poder empezar sin estas gotas que no paran de suicidarse y escurrirse y aplastarse y quejarse y arrojarse y desgraciarse y desangrarse... Quisieras poder contarle esto a alguien. Pero cuando las gotas se arrojan al vacío, todos corren, nadie escucha a nadie... Y solo caminas y piensas y sientes y tus lágrimas se mezclan y confunden con la sangre de las gotas, porque cuando mueren, nadie quiere a nadie.

Nenia C'alladhan - Sternblumennacht

Licht


Afuera llueve... Afuera siempre llueve. Y Si bajo la mirada de las hojas, llorando nos reconocemos, en noches cualquiera que se graban a fuego en nuestra piel. Si bajo la lluvia nuestra piel se evapora y nos desvanecemos entrelazados. Si bailamos hasta el amanecer...

Baila para mi tu belleza con la silenciosa muerte de un ardiente violín, lleno de sonidos sin voz. Baila para mí a través del pánico de perderte hasta que vuelva a sentir la seguridad de tus candados, levantando la mirada de mi alma que cayó una vez al suelo para no ver el cielo de nuevo jamás. Baila, hasta que se termine el amor.

En medio de cada noche de oscuridad, déjame ver tu belleza cuando los testigos se hayan marchado para estar en ti. Déjame sentirte y moverte como lo hicimos siempre, antes de que nos absorbiera esta razón, muéstrame lentamente lo único que conozco, los mismos limites de mi. Baila hasta que caiga rendido el amor.

Baila sobre la cera derretida, como la débil luz de la vela que lucha contra esta oscuridad que la encierra, arrójame una palabra que sea como una llama lanzada al viento que pueda atrapar... Hay noches que los sentimientos pasan frente a nosotros sin verlos y se pierden en la oscuridad. Silencio... Lamernos las heridas, buscar alguna luz en nuestras miradas... Pero siempre la soledad que sigue al silencio.

Con la llegada de cada noche, mi silueta se convierte en parte de la oscuridad, y es siempre la fe quien me devuelve cuando creo adivinar en alguna profundidad de mi anhelo tu silueta. Siempre regreso para darte mi cuerpo. Hay noches que no reconozco tus ojos en la oscuridad. No hay más bailes que el tuyo ardiendo frente al viento, que la llama de tu voz quemando mi alma en la soledad. Sin tu rostro en mis manos, ya no hay luz, ni calidez. Mi cuerpo es atrapado por el hielo, siempre crédulo de que al amanecer llegará el sol.

Baila para mí los dolores y las penas, las cosas que no entiendo aún de ti. Baila como una frágil vela para creer que te puedo dejar de ver si soplo solo un poco mas cerca. Baila como esta llama que apagaré al salir para dejar, de nuevo, oscuridad tras de mi...

Delerium - Silence

Silence


En medio de las noches, con los sueños ocultos en sonrisas pardas y la demasiada luz de la media luna, descubro un hueco que no se llena, un hueco que se oculta aquí dentro y que con el paso de los años, se vuelve mas huidizo, mas invisible. Ese hueco que me asalta una noche cualquiera brotando tan de repente siempre, poniéndome de este modo siempre. Borrando mi sonrisa siempre. Dejándome esta sensación de vació siempre.

Basta una canción, el dejo de mis manos sobre la noche, un brillo rojo de cigarro que arde encendiendo oscuridades, basta que tengas que callar porque no te entiende... Basta que el silencio arrastre todo lo que sientes llevándoselo para siempre.

Al pie de las cortinas de mi mirada es que caigo en esta hondonada del silencio, de las cosas que callo irremediablemente siempre, de aquello que solo yo parece que veo claramente y que tiene su dimensión exacta dentro de mi. Cuando dejo escapar apenas una silueta de su imagen, la silueta se recorta y no es aquello que deseaba mostrarte. Es entonces cuando sé que es en noches como esta el momento en que sabes de tu lejanía de las realidades ajenas, de todo aquello que jamás podré explicarte y siempre, siempre es sólo una canción quien me acompaña... Siempre irremediablemente.

Silencio es este hueco de todas las cosas que no se como mostrarte, de todas esas cosas que escapan de tus percepciones y realidades. La empatía de los días con las noches no se suceden en cadena y los eslabones de mis tristezas se riegan y se pierden. Y este hueco surge para querer tragarme. Es un silencioso hueco que no se como mostrarte y de poder verlo, en tu imaginación al menos, el horror quedaría plasmado en tus sueños, deseos y miradas. Porque cuando me inunda este silencio, no sabes como sujetarme...

Buckethead - Electric Tears

Electric Tears


No existe razón para una gota que se pierde en océanos de llanto, ni mendrugos de felicidad por limosnear a la vida. Con lo roto de la noche basta, con lo descompuesto de la sangre es suficiente, con los crujidos incesantes de la maldita memoria hay que darse por bien servido.

Cuando las manos que abres para dar se quedan vacías un solo día, sabes que estas solo en medio de la nada, que no hay otra mano que llene tu mano, ni ojos que levanten tu mirada por hoy. Sabes que siempre das, porque nada necesitas, hasta quedarte vacío y ese día, vives vacío, porque no hay calores que te llenen, porque no hay verdades que sacien tu inmensa sed de infinito. Porque tendrás que levantar del piso y revolcado en polvo tu corazón, para calzarlo de nuevo y hecharlo a latir. Porque siempre tienes que salir adelante por ti mismo, porque el día que tus manos se vacían, no hay mano que llene tus manos ni ojos que levanten tu mirada... Y sabes que beberás tus lágrimas solo.

Sólo quedan para ti los de siempre: Sonidos ruinosos, lágrimas eléctricas que alumbran tus rincones.

Y así, vas apagando las luces... poco a poco, antes de dormir...

Chris Isaak - Wicked Game

Nobody Loves No One


Tras la cortina de la noche se reflejan tus miradas, brillos que me pierden como aquella estrella, conducto de los navegantes y que a mi me hace encallar en siempre tus bahías. Marinero Atlántico, templado a las grisáceas mareas, a las tormentas de grandes olas, a las saladas aguas congeladas que mantienen en hipotermia mi corazón, llego a tus costas con calidades que me derriten la memoria, donde hay mas alimentos que mis acostumbrados sueños de sardinas.

Dejé atrás las anclas para soltarme las amarras de esta vida que me tiene sujeto con grilletes de imposibilidades, las de todos, las de siempre. Pirata que aborda un barco que ya se hunde, viejo de ilusiones que no son ya posibles. Ajado mi rostro por las horas descubierto al sol, con el corazón resguardado en aquellas galeras como esclavo que venderé al llegar a puerto, esperando que no muera en este y cada viaje, le arrojo los desperdicios que yo no como, lo veo con desdén y con codicia y mi corazón me muestra sus labios blancos de resequedad, reventados por la sed del agua que ya mas no habrá de beber. Mi corazón, enfermo de escorbuto insanable. Insarnable memoria mía que no se desprende de sus costras...

Así, libero en tus aguas mi carga, en tus Pacíficas costas que me reciben cada noche, con otros climas, con otras bondades. Océanos que no esperaba descubrir, noche a noche tu estrella me guia hacía ti, de vuelta, de vuelta, siempre de vuelta. Siempre de vuelta.

Tras la cortina de la noche te tomo, desembarco en ti y beso las arenas que me reciben en tu garganta, veo los brillos de las Lunas con que sueñas, si, en tu mirada. Me amarro el alma a tus manos para que mi barca no escape y pueda zarpar mañana. Aquel esclavo que me mira receloso, odiándome porque me deleito en ti, en las nuevas Españas blancuras de tu carne y no le permito descender para igual que yo, maravillarse... Porque no tengo corazón para dejar que mi corazón te pruebe? Porque al amanecer no tendría suficientes fuerzas para arrastrarlo de nuevo a la oscura galera y colocarle los grilletes. Porque sé que lo dejaría escapar descalzo para que corra por todas tus islas y que comience a poblarte... Como no me atrevo a poblarte yo.

Ataraxia - Aperlae (Live in Portugal)

Shipwreck


Construyo esta nave en la inmensidad de las noches, cada noche. Láminas de plata, luz de luna acerada, unidas con la chispeante soldadura de las estrellas. La construyo para navegar en tus ojos, en ese tu océano de tempestades que se avecinan en tu mirar… ¿Como lo sé? Porque un relámpago violento se desata cuando se cruzan nuestros ojos fijando en nosotros por más de un segundo nuestro mirar.

Que difícil es el contenerme de hundirme en tus labios, de naufragar en ti. Que ardua labor resistirme a tomarte por completo al contemplarte por segunda ocasión. Un instante que se hunde en medio del ruido y la siempre escasa luz. Hundirme alguna noche de estas en ti… Quiero ese instante de la noche en que mi nave naufrague en tu ser, en tus océanos externos y en tus internos lechos marinos. Quiero ese instante en que dentro de ti decida hundir mi nave que navega sobre ti porque quiero que repose en el sedimento de tu ser.

Una nave que cada noche construyo, para hundirla al amanecer. Una nave sin destino ni pasajeros, solamente yo como el capitán que guía mi necesidad de ti, capitán que decide hundirse con su bote cada noche.

Y con la chispeante soldadura del brillo de las estrellas, veo a corta distancia tu tambaleante caminar y quisiera hundirme junto contigo en esos tus mares que imagino, pero desconozco y necesito. Mares de ti en los que necesito naufragar. Quiero no salir a flote nunca de ti. Hundirme en las sales de tus caricias y necedades hasta cubrirme por completo de las arenas de tu mirada, hasta que tus labios conviertan mis naves en miles de arrecifes de coral, donde se formen playas en las cuales encallen todas las otras naves que intenten adentrarse en ti, las naves que vendrán después de mi, después de que me hunda cada noche en tu ser… En tu ser...

In The Nursery - Woman

The Message


Con el suave mirar de un sueño roto, imagino mis manos cayendo lentamente en las sombras de una noche que se va, arrastrando los pies del ensueño. Arrojando una botella al mar. La lluvia nos ha abandonado y en la resequedad del sol, mi única bebida son las palabras que escapan de tu boca, esa voz que me fascina como si estuviera ciego y en ella encontrara mil colores y destellos... Es la insolación de los crueles desiertos, de arrojar el corazón a los mas oscuros abismos.

Deseos de tu piel, de repetirme en ti, contigo... Contigo hacerme parte de una sombra que no se desvanezca por las noches y que se alargue en las noches de atiborrada Luna como esta... Mi voz que en brillos de sables atraviesa tu carne, que hiere tus lágrimas y le dice a tu corazón que mi corazón no es ya el fuerte de antes, que cauteloso camina por las aceras sin cruzar nunca ninguna calle, dando vueltas por tanto a la misma manzana, sin parar...

No tengo un mensaje esta noche para hacer desembarcar tu sonrisa, y tienes miedo de bajarte a este mi puerto, porque nada hay, y me duele saber que no llegarás... Que a medio camino del desierto o de las olas, regresarás... En complicidad con los signos, temo perderte, por eso el terror a tenerte... Porque recordé que había voces que quería olvidar, consejos de buenos y malos que juegan a ser yo. Porque me quiero acostumbrar a no poseer para no tener que perder...

Olvidé muchas cosas en el camino hacia ti, tiré varias veces mi carga y ahora que llegas, no creo que hayas llegado y prefiero pensar que todo esto es un sueño y que ya estoy muerto. Porque olvidé la lengua materna de mi boca y no tengo con que idioma besarte... Porque recordé que el viaje hacia ti ha sido largo y cargaba con muchas cosas que tuve que ir tirando en el camino, y llego a ti con las manos vacías, y avergonzado, me quiero regresar por todo aquello que yo traía para ti...

Te muestro lo único que me queda que es mi rostro, mi sed de infinito, mi deseo de alunizar en tu sonrisa, mi anhelo por desembarcar en tu fresco cuerpo y besar al llegar a tus tierras, los suelos de todos tus labios... Sólo tu, mujer, eres tierra firme que todos los navegantes esperamos descubrir. Tierra firme donde estoy a salvo de mi mismo y mis mares... A salvo de exprimirme el corazón.

Te invito a navegar conmigo en el mar de la vida para pescar juntos la razón de la existencia a través del fondo de mi alma... un tanto intranquila y sedienta de más...

This Mortal Coil - Song to the Siren "Cocteau Twins"

Soap Life


A veces me gustaría disolverme de mi mismo, ser yo el jabón que en sí lava mis manos y comenzar a desgastarme con el paso del agua, caliente para acelerar esa agonía y proceso que debe ser bastante doloroso y tortuoso. Me imagino la propia disolución entre mis dedos, lavarlos uno a uno hasta que se vayan desgastando mis posibilidades. Primero, que se lleve las uñas, esas uñas que necias se empeñan en crecer y yo más necio aún que ellas, me empeño en cortar continuamente, esos restos de prehistoria que aún sobreviven en mis genes, de cuando estábamos cubiertos por escamas, de cuando me dicen, salimos trabajosamente arrastrándonos del mar para llegar hasta las orillas y encontrar otro mundo que nada se parece a nuestras costumbres.

Creernos más que los peces, remilgar de las algas y las lentitudes, sentir como nuestros brazos se van tornando espuma y se disuelven, ya sin sus puntas, manos que resbalaron tallando nuestros alcances, abandonar las profundidades, dejando de mirar hacia los abismos y colocar la mirada en los cielos, que aún borrosos por nuestros ojos de tiburón se nos presentaban poco claros, poco definidos. Encontrar en los suelos y las superficies otros riesgos, incontables peligros y el sol que nos secaba la piel, que nos escoriaba los labios. Con el sentir de que nuestra jabonosa cabeza también se ha ido deslavando con la lluvia de los años y de los recuerdos sólo nos queda un poco de aroma, de ese aroma limpio de la ropa que se ha secado en el sol. Así comenzamos a guarecernos en las alturas, reptamos por los troncos y ascendimos a las copas de los árboles, al resguardo de sus sombras que nos recordaba esa frescura marítima, ese sonido de olas cuando el viento se colaba por las ramas... Pronto nos aburrimos de las alturas, de los frutos de la imaginación que caía como manzanas demasiado maduras para estrellarse con la dura realidad del suelo para pudrirse. Y sentimos como el pecho se nos va, se resbala en incontables ríos que corrieron por los amores y des amores y nuestro corazón, jabonoso, termina siempre resbalando hacia los desniveles del suelo que siempre, siempre terminan por conducirnos a una cloaca. De ahí, algunos comenzamos a bajarnos de nuevo a tierra firme, otros que se quieren regresar a la mínima provocación. Otros que no se bajaron jamás...

Y ahí vamos, parece que de regreso a donde surgimos, a ahogar nuestros errores y fracasos, sin encontrar el propósito de abandonar nuestros mares y océanos tan antiguamente llenos de certezas y certidumbres. Ahí vamos de regreso después de probar todos los frutos y todas las carnes, después de haber inventado todos los pecados. Con el andar cabizbajo, los latidos pausados y cansados, con los brazos a los costados como las antiguas aletas, con los pulmones llenos de hollín y los polvos de todos nuestros viajes, con la mirada de vuelta nublada, ahora por la melancolía de los mares que inundan nuestros ojos en salados llantos, con las ropas gastadas y en redes que ya no sostienen ningún viento que con nuestras velas izadas nos lleve... Ahí vamos... Ahí de regreso vamos.

Quizás la alegría vuelva un poco a nuestras esperanzas cuando al borde de la tierra nos moje los pies el pausado respirar de los mares, cuando ya disueltos de pies a cabeza, veamos desaparecer nuestros pies confundiéndose con la espuma de las olas... Nunca sabemos donde comienza la marea y donde terminan nuestros pasos.

Al final, creo que tarde o temprano todos terminaremos en el fondo del mar.

domingo, 28 de agosto de 2011

Teri Richardson - Eyes Wide Open

Eyes Wide Open


Con los ojos puestos en el borroso borde del horizonte, recibiendo de frente este frío viento, últimos gritos de agonía del Febrero que se nos fue, con ese borde, con este viento, los ojos se ahogan en mares salados de oleaje irregular e incierto. La marea de mis llantos lleva a las playas de tu alma solo peces muertos, intoxicados y muertos de esa marea roja que no supimos controlar, de esa marea roja de sangre que circulaba dentro de mi, dentro de ti, que rasgó su cubierta para verterse en nuestras miradas que ya no se reconocen, que me preguntan quien soy… Quien soy… Quien soy?

Existen silencios que debieran respetarse, agonías que debieran callarse. Verdades que no saben llegar al mundo (mal nacidas verdades) y nos asombramos ante una estepa repentina que aparece en alta mar, porque nuestra desilusión ha ganado noche tras noche, mientras dormíamos, tierra a nuestros mares.

Con los ojos puestos en lo alto de esta vela, hinchada del cálido viento de Marzo que se aproxima, veo mi nave moverse lentamente, escucho crujir de nuevo su avejentado casco, el familiar tronar, seco y sonoro de su duela en cubierta al soltarse de sus amarres y aún con las anclas abajo, se desplaza, porque quiere arrastrar su dolor por el lecho marino de sus angustias y naufragios, arrastrando esas anclas muchas millas mar adentro, arrojar de su cubierta estas soledades, dejando un surco, cicatriz indeleble que nadie puede ver. Arrastrar con su dolor arrecifes y estrellas de mar, arrastrar a su paso algunas algas que vistan de redes y de oscuro luto cada despertar.

Existen palabras que debieran respetarse, miradas que debieran callarse. Mentiras que llegan demasiado rápido al mundo (mal nacidas mentiras) y nos asombramos siempre ante una repentina despedida de un buque que se aleja en alta mar, porque nuestro amor ha ganado, noche a noche mientras dormíamos juntos, tierra a este mar que ahora arroja a nuestras playas, peces muertos, intoxicados por la roja marea… Marea que corría a través de nuestra sangre y nos desangramos… Nos desangramos irremediablemente sin encontrar la hemorragia ni la herida…

Manolo Mejía Elizalde
sábado 12 de marzo de 2011 20:10

Wumpscut - Ich Will Dich

Ich Hatte Den Körper (Und Nicht Dein Herz)


Te respiro en el transcurso del día, por los viajes en estas calles de la ciudad que es nuestra, con el sol de frente, con el sudor en mi pecho, reminiscencias de ti, de tu aroma, del deseo de estar ahí... Ahí... Sabes bien dónde.

Bebiendo de la sed que guardo siempre de tus labios que se convierte en la carne de todos tus labios, que me alimenta, que me quita todas las hambres, que me arranca las razones y me da los motivos, que me hunde en la noche mas profunda de tu mirada que me consume, que me arrastra con ganchos que atraviesan de mi alma su carne y sangre, que corre por dentro y en tus paredes sentimos como late, como late... Como me sujetas cuando lates.

Te respiro y volteo buscándote, consumido en aquellas veces que rompiéndolo todo, comenzamos a construirnos desde los cimientos. Vidrios rotos que me cortan la lengua y el sabor salado que no se va, que me trae de vuelta a la punta de los dedos tus mares. Respira y dime que no, que no puedes, así como nos reíamos siempre con desfachatez de decir que no debes. La gana nos va y nos viene, tanto da un grito más en la noche de esta ciudad que sorda nos protege, tanto da que vean, que escuchen o que llamen, nos pasamos todas las medidas por el ojo de una aguja e hilvanamos en ese coser una madeja en la que nos enredamos ahorcando los ciegos deseos, remendando la lejanía de los días cualquiera en que sin vernos, somos tragados por la falta de estos consuelos.

Contigo ahí, conmigo ahí, (a nadie mas le interesa donde) las ciudades pueden levantarse y derrumbarse, tanto nos da que la noche dure hasta que el gallo cante... Así me acabe tu cuerpo, sobrevive cada noche tu corazón.

Blood Wedding/Regina Spektor - Prisoners

Prisoners


El alma que habita el cuerpo, es una. El alma que habita el deseo es otra, me digo esto para convencerme a mi mismo de estos pensamientos. Para convencerme que una cosa es el sentir, otra el pensar. Dos almas que habitan dentro de mi y de vez en vez una me arrastra más allá, mas lejos, de donde me llevaría la otra.

Si vienes o si vengo, si nos vamos en medio de la tormenta, si rompemos la sombrilla endeble que nos guarece y se la lleva el viento, como un día se llevará el tiempo el cabello negro dejándonos las canas, como se llevará un día todos nuestros dientes el roer que hacemos de la vida, como se llevará un día la corrupción de los días nuestra rectitud al andar dejandonos encorvadas las ganas, como la noche terminará por llevarse el sueño y el amanecer las ocupaciones, que se limitarán a barrer el frente de la casa por las mañanas y regar las pocas flores que servirán para nuestra tumba.

El alma que me habita, de repente me abandona, sale a buscar su sustento, sus diarias labores. De vez en cuando olvida apagar alguna luz que quedó en la pasada noche encendida; otras, las menos, deja abierta una ventana por la que me inunda el polvo de estos vientos de febrero. Sin pena ni gloria, siempre vuelve por las noches, arropada de algún logro y algún cansancio.

Y así, si vas o me voy, regresamos al mismo punto incontables veces, rodeamos la vida y siempre creemos que hay atajos, siempre nos creemos mas listos que aquel frente al espejo. Siempre visitamos las mismas casas abandonadas en busca de algún consuelo. Y así, si vas o me voy, el alma que me habita parece que eso no le quita el sueño. Y aquella alma que me habita el deseo se desespera, siente y presiente que así como el polvo nos hará también gris la mirada, y las canas, y los dientes y lo encorvado de nuestras espaldas, así, de ese mismo modo, un día despertaras curada de mí, con otras cosas en la mente, con el sabor del café matutino en los labios y no mis labios, que tu dolor en el cuello no será de tener por almohada mi brazo, y el frío se te quitará con sólo abrigarte.

El alma que me habita el cuerpo es una, es tuya, es esa ansia indeleble del alma que me habita el deseo y ambas caminan dentro de mi como dos prisioneros unidos a los pies por el mismo grillete: Tus palabras hirientes. Y ninguna llegará ni irá mas lejos de donde la lleve la otra, porque es mi deseo pensarte al sentir.

Pink Floyd - If

If...


Si verte a los ojos para incendiarte el alma con alguna chispa escapada, como pastos secos que arderán hasta consumir tu conciencia, no es suficiente, te incendiaré la garganta con las lenguas de llamas en las que ardo cuando rozando tu piel me miras y descubres el deseo de arraigarme a ti.

Si entrar en ti es ahogar estos gritos producto de tu ausencia, me sumergiré hasta el fondo de tu cuerpo y haré que tu silencio se convierta en inteligible ruido que apague las luces, que socave nuestra mirada, que escarbe en mi tierra y sepulte con las sobras mi cuerpo en tu carne.

Si una y otra vez dentro de ti, me arranco del tiempo y de la vida, con todas tus extremidades sujetándome, no me dejes ir a esos infiernos que me llaman de vuelta a lugares sin fin, lugares que se perdieron en muchos pasados, muchas vidas, muchas vueltas y muchos caminos sin retorno. Sujétame dentro de ti, para no ver de nuevo esas luces que me ciegan, para no calar mis huesos con esos fríos ni herir mis vestiduras con promesas que nadie sabe cumplir.

Si en esta noche, cuando me tengas dentro de ti, muy dentro de ti, no reconoces mi sed y mi cuerpo, ni mi necesidad de ti, ni el espíritu que me guía por los senderos de tu piel... Mírame bien, muy bien, como si fuera la última vez que mi cuerpo aparece para ser sepultado en tus tierras, cerca de los lindes de tu corazón.

Si por última vez mis manos sintieran tu piel y su temperatura, estigmatizaría mi lengua con tu lengua, mi piel la tatuaría con tus uñas y dejaría en tu cuello las marcas indelebles de mi impronta, que sólo se verían, no en tu piel, sino en tu alma y en tu deseo, para que quien se asome a ellas me reconozca en tu tiempo, en tus noches, en tu sed, en tu carne y reconozca, a pesar de su celo y dolor, que antes, quien sabe cuando, hice a un lado tus pocas vestiduras para sembrar en ti algo que jamás nadie podrá ver, pero que vive en cada una de las noches que despertamos al mismo tiempo, envueltos de desconcierto y de sudor. Tu con mi nombre en tus labios, yo con el sabor de ti, tus mares, en la punta de mis manos... Y la sonrisa en los labios, esa sonrisa de quien sabe que una vez, después de ti, puede disponerse a morir...

KMFDM - A Hole In the Wall

sábado, 27 de agosto de 2011

A Hole In The Wall


Cuando tenga que morir
Quiero que sea estrangulandome a mi mismo en tu negro cabello.
Y cuando tenga que morir,
Quiero que sea asfixiado entre tus dulces pechos.
Y cuando tenga que morir,
Quiero que sea cegado por tus ojos castaños.
Y cuando tenga que morir,
Lo que quiero es cortarme las venas en tus labios.

Todavía no he aprendido lo suficiente.
Mis Manos Ecadenadas.
El cerebro, un agujero en la pared.

Un agujero en la pared.

Entonces qué..
Yo nunca voy a morir?

Y cuando tenga que morir,
Quiero morir de hambre en tu regazo
Y cuando tenga que morir,
Quiero arder en tu cama.
Y cuando tenga que morir,
Quiero ahogarme en tu calor.
Y cuando tenga que morir,
Quiero que sea envenenado por tu sangre.
Y cuando tenga que morir,
Quiero derretirme lejos en uno de tus besos.
Y luego, cuando este muerto,
Que me entierres cerca de tu corazón.

Cerca de tu corazón

Todavía no he aprendido lo suficiente.
Mis Manos encadenadas.
El cerebro, un agujero en la pared.

Un agujero en la pared.

Cerca de tu corazón...

Sacha Konietzko... KMFDM!

Human Drama - The Waiting Hour

The Waiting Hour


Café y un poco de azúcar. Calles y calles sin fin; recuerdos, tiempos donde el corazón brincaba de gozo, ignorante de este actual dolor. Ignorante del futuro que se me viene encima y abajo. No sé bien a donde se dirigen ahora mis pasos. Hacia ti? Sería el mapa correcto, las ordenes del corazón, lo que mi sangre llama y necesita, el alimento de mi alegría que siempre has sido tu. Tu y que yo no lo sabía.

Es triste salir a la noche sabiendo que no rozaré tus labios ni sentiré tus manos, es triste que la gente pasa y yo los observo, pensativo, lacerante. Debí decirte tantas cosas, debí demostrarte tantas otras, debí dejar que el corazón me ordenara y entregarme a ti como me gritaba. Debí olvidar el pasado que me sigue pesando en este presente y que me sigue robando el futuro, el futuro que sin saberlo, estaba a tu lado, como fantasma que nunca supe ver. Debí ser mas joven de nuevo, creer de nuevo en lo que siento, perder la cabeza, tirarme al pasto, decirte que no te fueras... Que no te fueras.

Y con este café entre las manos, con esta pantalla y su intermitente cursor que me palpita las ganas de gritarte que vengas, que no hay peor guerra que la que no se pelea, que quizás con tu ayuda emergería de las aguas, que siento que todo lo tomamos con muchas prisas... Gritarte que me dueles, que me haces daño aunque sé bien que es por cuidarte. No sé si amor sea perder yo para dejar que tu ganes, no sé si amarte sea decirte adiós con esta estúpida sonrisa y esconderte de mis ojos como mi ciudad se deshace. No sé si amor sea dejar de decirte esto con tal de que escapes, porque quedarte sería la probabilidad de nuestra ruina. No sé si amor sea siempre escuchar adiós y tener que pisotear mi corazón, yo mismo, para clavarlo en el piso con mil agujas y rogarle: "No me delates"... No sé si amor sea tener que decir te amo para retenerte.

Con este cursor que late y me despedaza el alma, te digo que me dueles... Que sé bien que amar es ver tu corazón en mis manos, mi corazón entre las tuyas al tiempo que te marchas... Saber que tu corazón se esta rompiendo aquí, en la hora de la espera. Y sé que nunca se curará, aquí, en la hora de la espera... Y sé como se siente la primera vez en la hora de la espera...

Brendan Perry - The Carnival Is Over

Gravitación


"Los abismos atraen. Yo vivo en la orilla de tu alma. Inclinado hacia ti, sondeo tus pensamientos, indago el germen de tus actos. Vagos deseos se remueven en el fondo, confusos y ondulantes en su lecho de reptiles.
¿De qué se nutre mi contemplación voraz? Veo el abismo y tú yaces en lo profundo de ti misma. Ninguna revelación. Nada que se parezca al brusco despertar de la conciencia. Nada sino el ojo que me devuelve implacable mi descubierta mirada.
Narciso repulsivo, me contemplo el alma en el fondo de un pozo. A veces el vértigo desvía los ojos de ti. Pero siempre vuelvo a escrutar en la sima. Otros, felices, miran un momento tu alma y se van.
Yo sigo a la orilla, ensimismado. Muchos seres se despeñan a lo lejos. Sus restos yacen borrosos, disueltos en la satisfacción. Atraído por el abismo, vivo la melancólica certeza de que no voy a caer nunca."

Juan José Arreola (1918-2001)

Ravenous - Religion

All Lovers Lost


Cuando la noche se aferra sobre tus hombros, me retiras de ti. No más el recuerdo por las mañanas, porque la noche terminó por sofocarnos. Marchaste sigilosamente sin mirar lo que quedaba tras de ti. ¿Que puedo decir? Soy mi propio ladrón y mi propio celador, me enjuicio culpable al tiempo que me pido clemencia.

Acoso mis latidos para amedrentarlos, para evitar que la sangre me llegue a la sien. Me ruego a mi mismo con la agitada respiración del que sabe que está perdido, como si mi necesidad de ti fuera la misma de cuando esperamos al sacerdote antes de poder morir... No más se complacerá mi alma de verte venir. No volverás a mi. Ni hoy, ni esta noche ni la próxima. Huérfano ya del candado de tus piernas, viudo de dentro de ti, pierdo la cuenta de los días que desapareciste y de las noches que no esperamos ya el Sol, ni la Luna, ni nada. La fe en esto se ha perdido? Dime, ¿nos persignamos en la frente con las cenizas de este cuerpo de nuestra historia que matamos en la noche y que yace frente a nosotros, esperando el fuego o la sepultura? ¿Aún te pierdes, como yo, en el remolino de los labios y la piel? ¿Aún te fundes en los trozos de tela rasgada, recuerdos que te quedan de cuando eras dueña de mi cuerpo?

Si creo en algo, creo en ti. En ti que te he sentido toda... Un amor desquiciado es religión suficiente para mi corazón y aquellos a los que ha dado vida.

Regalar mi confesión quizás te de algo de alegría. Ser el espíritu que por las noches sientes que te besa. Si, era yo. Siempre he sido yo. Con el silencioso sabor de estas lágrimas en silencio, yo. Con la gula del vacío que no se cansa de tragarme, con el ruego de que mi espíritu nunca se canse, yo.

Transgredo mi carne y te invito al festín que hacen todos con mi corazón, no es otro el destino de tus labios que absorber lo restante de esa carne de mi corazón. Tal es el destino de los desterrados de tu reino, en mi corazón... Y todos los amores perdidos... Y todos los amores siempre perdidos, búscalos en el corazón de las tinieblas cuando agoten, mi vida.

En tu mente también hay silencio. Dolor y silencio. Como en la mía que en noches como esta está por perderse... Sin embargo, no maldigas mi nombre... Es solamente que el amor desquiciado es religión suficiente para mi corazón.

Sleeping Dogs Wake - Swan Song

Swan


Y si en el agua de la sangre disuelvo los recuerdos, estarás en todas partes. No hay vía de salida, no hubo jamás una puerta de entrada ni bienvenida, nací aquí, como tu y como todos.

Mirando de cerca las comisuras de mis labios frente al espejo, me doy cuenta de algo, de mi dulce amarga sonrisa... De querer sonreír y tener razones para hacerlo, y cuántas razones tengo para sonreír al mundo, lo aseguro.

Tengo este mechón de cabello que no se aplaca y esta dulce amarga sonrisa. Tengo mis años y mis ratos, mis manos y la piel que las aguardan. Tengo el reflejo de las miradas, la quietud de un vaso de agua, tengo la sangre fría y caliente la boca, mezcla ardorosa que hay que llevar con cuidados. Tengo mis noches inolvidables de invierno y de cada verano, tengo con quien sonreír a la vida... Tengo el abrazo y los te extraño.

Tengo tu alma que atrapé una vez que me miraste sin darte cuenta y entré hasta el fondo de ti. Porque tenía un lago en el alma que necesitaba habitar, por eso te elegí. Porque necesitaba vida en esa esterilidad fue que te absorbí... Y ahora, Cisne blanco, que das vueltas y elegante nadas, forma es tu sombra de tu alma, que se baña en este lago dentro de mi.

Cisne, heriste mis olas, y el agua se torna roja... Sé que ya no estas aquí, que no me llevaste a donde te habrás marchado. Ahora dime a donde debo de ir cuando mi cielo se ha puesto gris... Porque sabes que no te tengo.

Tengo tu silueta reflejada en los recuerdos de las aguas... Y una vez preguntaste que era eso que necesitaba, eso que no me dejaba en paz... Cuando no lo sabía callé... Ahora se de ese hueco que no se llena, de ese lugar a donde no ha podido llegar nadie mas... Tengo con quien reír y gritar, con quien abrazar y cantar, tengo los besos y los te quiero... Pero no tengo con quien llorar... Cisne, ahora que me haces llorar, me doy cuenta que nadie está.

Cisne negro, levantame y llevame a casa cuando mis lágrimas se vuelvan tristes, porque te amo, porque te necesito, y me haces llorar...