lunes, 5 de septiembre de 2011

The Message


Con el suave mirar de un sueño roto, imagino mis manos cayendo lentamente en las sombras de una noche que se va, arrastrando los pies del ensueño. Arrojando una botella al mar. La lluvia nos ha abandonado y en la resequedad del sol, mi única bebida son las palabras que escapan de tu boca, esa voz que me fascina como si estuviera ciego y en ella encontrara mil colores y destellos... Es la insolación de los crueles desiertos, de arrojar el corazón a los mas oscuros abismos.

Deseos de tu piel, de repetirme en ti, contigo... Contigo hacerme parte de una sombra que no se desvanezca por las noches y que se alargue en las noches de atiborrada Luna como esta... Mi voz que en brillos de sables atraviesa tu carne, que hiere tus lágrimas y le dice a tu corazón que mi corazón no es ya el fuerte de antes, que cauteloso camina por las aceras sin cruzar nunca ninguna calle, dando vueltas por tanto a la misma manzana, sin parar...

No tengo un mensaje esta noche para hacer desembarcar tu sonrisa, y tienes miedo de bajarte a este mi puerto, porque nada hay, y me duele saber que no llegarás... Que a medio camino del desierto o de las olas, regresarás... En complicidad con los signos, temo perderte, por eso el terror a tenerte... Porque recordé que había voces que quería olvidar, consejos de buenos y malos que juegan a ser yo. Porque me quiero acostumbrar a no poseer para no tener que perder...

Olvidé muchas cosas en el camino hacia ti, tiré varias veces mi carga y ahora que llegas, no creo que hayas llegado y prefiero pensar que todo esto es un sueño y que ya estoy muerto. Porque olvidé la lengua materna de mi boca y no tengo con que idioma besarte... Porque recordé que el viaje hacia ti ha sido largo y cargaba con muchas cosas que tuve que ir tirando en el camino, y llego a ti con las manos vacías, y avergonzado, me quiero regresar por todo aquello que yo traía para ti...

Te muestro lo único que me queda que es mi rostro, mi sed de infinito, mi deseo de alunizar en tu sonrisa, mi anhelo por desembarcar en tu fresco cuerpo y besar al llegar a tus tierras, los suelos de todos tus labios... Sólo tu, mujer, eres tierra firme que todos los navegantes esperamos descubrir. Tierra firme donde estoy a salvo de mi mismo y mis mares... A salvo de exprimirme el corazón.

Te invito a navegar conmigo en el mar de la vida para pescar juntos la razón de la existencia a través del fondo de mi alma... un tanto intranquila y sedienta de más...

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