sábado, 27 de agosto de 2011

All Lovers Lost


Cuando la noche se aferra sobre tus hombros, me retiras de ti. No más el recuerdo por las mañanas, porque la noche terminó por sofocarnos. Marchaste sigilosamente sin mirar lo que quedaba tras de ti. ¿Que puedo decir? Soy mi propio ladrón y mi propio celador, me enjuicio culpable al tiempo que me pido clemencia.

Acoso mis latidos para amedrentarlos, para evitar que la sangre me llegue a la sien. Me ruego a mi mismo con la agitada respiración del que sabe que está perdido, como si mi necesidad de ti fuera la misma de cuando esperamos al sacerdote antes de poder morir... No más se complacerá mi alma de verte venir. No volverás a mi. Ni hoy, ni esta noche ni la próxima. Huérfano ya del candado de tus piernas, viudo de dentro de ti, pierdo la cuenta de los días que desapareciste y de las noches que no esperamos ya el Sol, ni la Luna, ni nada. La fe en esto se ha perdido? Dime, ¿nos persignamos en la frente con las cenizas de este cuerpo de nuestra historia que matamos en la noche y que yace frente a nosotros, esperando el fuego o la sepultura? ¿Aún te pierdes, como yo, en el remolino de los labios y la piel? ¿Aún te fundes en los trozos de tela rasgada, recuerdos que te quedan de cuando eras dueña de mi cuerpo?

Si creo en algo, creo en ti. En ti que te he sentido toda... Un amor desquiciado es religión suficiente para mi corazón y aquellos a los que ha dado vida.

Regalar mi confesión quizás te de algo de alegría. Ser el espíritu que por las noches sientes que te besa. Si, era yo. Siempre he sido yo. Con el silencioso sabor de estas lágrimas en silencio, yo. Con la gula del vacío que no se cansa de tragarme, con el ruego de que mi espíritu nunca se canse, yo.

Transgredo mi carne y te invito al festín que hacen todos con mi corazón, no es otro el destino de tus labios que absorber lo restante de esa carne de mi corazón. Tal es el destino de los desterrados de tu reino, en mi corazón... Y todos los amores perdidos... Y todos los amores siempre perdidos, búscalos en el corazón de las tinieblas cuando agoten, mi vida.

En tu mente también hay silencio. Dolor y silencio. Como en la mía que en noches como esta está por perderse... Sin embargo, no maldigas mi nombre... Es solamente que el amor desquiciado es religión suficiente para mi corazón.

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