jueves, 21 de noviembre de 2013

The Evpatoria Report - Taijin Kyofusho

Desolación


La mirada se me va hacia un vacío sin dimensiones. Aquí dentro te desprendes de mi para siempre, como un módulo que se arranca a si mismo para viajar por los oscuros espacios con otras esperanzas de tripulaciones, otros sueños combustibles. Desprendida de mi, tu voluntad se aleja y el espacio se abre hacia todos lados sin que podamos asirnos de nada. La nada habita aquí dentro y nos envuelve un remolino desesperante... Las luces de nuestros ojos se congelan miles de grados bajo cero y el silencio se expande. Todo se expande y se hunde en un hueco sin superficies.

La voz de todos los radios, se aleja. Difuminada esta alma observa los destellos fríos en todas direcciones y suelta las amarras de todo aquello que la sostiene. Nadie verá nuestro último rostro, ni sabrá de nuestro último suspiro: exhalación que se ahogará rodeada de silencio. Absoluto silencio.

La distancia crece y tu modulo palpitante se aleja lentamente.

Por siempre escucharé tu eco resonar en estas cavidades de mi alma que se expanden y consumen toda luz, todo brillo y toda razón.

Pausas inagotables que rasgan nuestros espacios en formaciones nebulosas y sangrantes. Ni tu ni yo caeremos nunca, perdimos los rumbos y aquí fuera de nuestro mundo no existen mas coordenadas trazadas por furias y deseos ni mas superficies vastas e inagotables. Aquí solo yace el espacio que se expande infinitamente en todas direcciones y como una boca que nos traga involucionamos hacia la nada, hacia el estado primigenio de la devastación.

Giraré eternamente en rizos de vacío. Me revolcaré infinitamente en huecos que se abren y bocas que me tragan sucediéndose una detrás de la otra, la siguiente cada vez mas grande y oscura que la anterior.

Con mi mano digo adiós sin girar la vista al espacio que se abre entre nuestras uniones. Cronometro en mano, el ultimátum de la no salvación fue lanzado a mi rostro. La descomposición de todo comenzó con una palabra que habita desde ahora el espacio y nos acompañará siempre a donde vayamos. Mi alma no opera a la voluntad de tiempos marcados, se ciñe únicamente a un solo tiempo que aún viaja en el espacio como un mensaje por decodificar. No hubo tiempo para nada, no hubo paz que pudiera extinguir los tiempos de tu marcha ansiosa y estrepitosa y como programado, el desastre se avecina. Lo veo suceder mientras quedo para siempre, eternamente, flotando en la desolación.

sábado, 13 de julio de 2013

Cranes - Tomorrow's Tears

Tomorrow´s Tears


Cuando el salmón nada contra la corriente sabe que no habrá retorno posible a ningún lugar. Abrazado al ultimo suspiro que la vida le ofrece arranca la piel de los deseos y se sumerge en el fondo de las sensaciones ultimas y devastadoras.

Así de la misma forma quisiera yo adherirme de tu piel y sus estrellas encendidas, para arrancarme a suspiros lo ultimo que tenga que respirar. Que el agua de los ríos que nacen de ti me congelen los pulmones y me hiervan la sangre, que me destroces la piel con tus colmillos del hambre que nos tenemos y no podemos saciar. En el fondo de ti ver las rocas verdes y azules, grises de tu alma mientras no hay marcha atrás y nos arrojamos río arriba sabiendo que será la primera y ultima vez.

No hay mas que placer absoluto en esta inmersión, perdernos absolutamente siempre y para siempre como si en verdad no existiera la muerte después de calmar hambre y sed. Ahogar todas nuestras voces en una mordaza de labios y torrentes. No hay mas que placer contenido en lo que queremos desahogar para morir en paz.

Río arriba sabemos que significa: todos los riesgos que vale la pena correr. La cercanía de los roces, una mirada fija que congela todo pensamiento y mudos ascendemos en la carne. Perdemos todo, vida y tiempo se detienen y un suspiro podría comenzarlo todo, un temblor en los labios, una micra de segundo mas que nos miremos fijamente, un verte los labios podría llevarnos a todos los fondos que deseamos.

Contra toda predicción, río arriba nadamos y luchamos cuerpo a cuerpo por detenernos mutuamente sin lograrlo. ¿Como ahogar un único, ciego, obstinado, encarnado deseo? ¿Como si sentimos la piel del otro en la cercanía de los labios? ¿Como si basta que no bajes la mirada para decirme no pares, no te detengas y sigue, por lo que mas quieras?

Cuando la corriente sea ya demasiado fuerte, cuando lo hayamos logrado, nos dejaremos arrastrar. Si, arrastrar. soltaremos las amarras de lo bueno y lo malo, no mas negro/blanco. Dejaremos que los cuerpos se arrastren enredándose mientras apagan sus últimos deseos y nuestros cadáveres viajan río abajo, dichosos, frágiles, extasiados, sueltos y entregados a saber que podemos ahogarnos mil veces, pero como esta, nunca una más...

miércoles, 30 de enero de 2013

The Cure - Bare

Bare.


Entre las noches, entre las sabanas del rostro que se arruga con el sueño del tiempo y entre las ruinas de los dientes.

Entre una codicia de siempre mas, sin satisfacer la nada que vive dentro y se alimenta de deseos mal logrados. Sin carne, sin uñas para sostenerse de ninguna espalda, sin grietas en el alma donde parcelados eternamente sembremos oscuras soledades. Sin suelo para descansar el vuelo. Sin aire fresco para desahogar estos pulmones que se pudren en sus raíces al no poder decir todo lo que la garganta atora.

Con la mirada fija perdida en cualquier horizonte, dejamos que el alma escape en ratos, nadie quiere para ella una cárcel demasiado estrecha como lo es el cuerpo humano.

Al cuerpo no le cabe otro cuerpo, ¿eso jamás lo comprenderemos? Infructuosos intentos de ahogar nuestras penas y necesidades en otro cuerpo para no usar el nuestro, esa es la carga mas pesada que soportamos. Ahogamos otros cuerpos en los intentos de dejar incubados en ese espacio extra todas estas cosas que ya no caben en el nuestro. ¿Quien deja la basura que produce dentro de sus propias habitaciones? Solo algunos locos que en su momento de lucidez saben que no tiene la culpa el otro, que ocupar otro cuerpo para asear el nuestro es demasiado enfermo.

Entre una idea y las siguientes no queda espacio tampoco para desecharlas, ni para hacerlas crecer tampoco. Somos, entre las noches y los días como parcelas en el alma que sienten un hueco, este hueco que siento ahora, que siento siempre, que no se va, que entre la vida y la muerte ha estado siempre presente y no se va. No se va.

Entre tu y yo vamos haciendo trincheras, anegando pozos donde esperamos que en un descuido, caigan los sueños del otro. Entre los dos, matemáticamente siempre tendremos el mismo resultado: dos entre dos siempre será igual a uno, uno que se supera al otro, uno que estéril, busca preñar los anhelos de aquel para sujetarlo mas al suelo, uno que se resiste a mirar arriba y ver que entre los dos no hay mas cosa que tierra y cielo.

Entre los dos, ahogamos cada noche los gritos de las almohadas. Entre los dos jalamos los cordones que mueven los intereses ajenos a nosotros y acabamos con las extremidades clausuradas.

Entre los dos labramos el campo de guerra y en el medio se abre solamente la tierra de nadie, la que no será para ninguno de los dos porque derramamos ya demasiada sangre.

Entre los dos sabemos que cada vez me queda menos piel y sentimientos, menos dientes y menos brillo en cada mirada. Entre los dos sabemos que huele a final.

Entre las noches, entre las sabanas del rostro que se arruga con el sueño del tiempo y entre las ruinas de los dientes. Entre los dos nos acercamos al final.

domingo, 7 de octubre de 2012

The Cure. "Want"

No Hope.


Se desvanecen en mis manos estas ansias por tenerte y dentro de ti saber que podría vivir cien años mas. Se desvanecen cada mañana los sueños al despertar y saber que hoy es solo otro día mas. Sin Paz. Se desvanecen en mis entrañas las arenas gastadas del tiempo que nunca podemos alcanzar y molemos cada grano con estas prisas mordiéndolos con reclamos indisolubles en llanto, y se nos van cubriendo de polvo las ganas.

Despertar cada amanecer con este vacío y estas ganas de no poderlo lograr. Esperar día tras día con la paciencia del caracol en el fondo del mar, del caparazón vacío de la tortuga, a que esto que necesito tanto pueda llegar. Desear ver, sentir, escuchar, tocar, alcanzar, fugar, imaginar escapar, vibrar con cada canción que es un estruendo en el alma, decir en silencio sin tener que explicar lo que siento, con esas imágenes en blanco y negro. Hacerlo diferente a como ha sido siempre, en esta soledad que, no me culpes, a cualquiera carcome.

Llenar tu vaso para embriagarnos juntos es lo que necesito, para sonreír y llorar contigo la existencia que nos consume. Solo eso pido alguna noche que no llegará porque es imposible. Subir el volumen a tope y verte a los ojos, que me digan tus ojos que es lo que estas sintiendo y con suerte, es lo mismo que estoy sintiendo. Callar cuando la luz se apague y en esa oscuridad y silencio entendernos, sin tener que leernos las manos como gitanos desconfiados. Soñar que todo llegará tarde o temprano, que juntos salvaremos el hueco del tiempo y sus costillas rotas, que los dos nos metimos juntos en un mal sueño. El que despierte primero, salvará el alma de su compañero.

Se desvanecen los logros y la espera. Porque sabrás que siempre llega el momento que no tienes tiempo, ni esperanzas.

Se desvanecen en un suspiro todos los futuros posibles y regreso al presente que arde. Montado en la frialdad de un solo cuadro, entiendo que no hay alma que junto a mi cabalgue. Y siempre ese péndulo infinito, circular que me lleva lejos siempre a donde me engaño creyendo que de esa manera el tiempo no podrá darme alcance. Me desvanezco de mi mismo para sembrar de nuevo el corazón en mi carne. Me desvanezco en silencio y mis ojos se pierden en horizontes inalcanzables. Sol de frías tardes... Un solo ruido, constante: El polvo de los sueños masticados con negra carne.


Permanecer perdido y alejado, con la voz de lo que dices, ya demasiado tarde. Dejar sembrada la duda de las cosas, las preguntas que me hice y respondí alguna vez, lo aprendido y lo olvidado lo perdonado y lo soñado. Esas son las necesidades de esta maldita edad que me persigue, de estas ganas de pertenecer porque ya sé ser. Me construí hasta el día de hoy, cada día, para tenerlo todo y entregarlo todo, para botarme dentro de ti para siempre como el moustroso buque que tardó todos mis años en el astillero de la carne y el alma y ahora suelta sus amarras, en el mar de tu existencia que se desvanece... En mis manos se desvanece.

viernes, 21 de septiembre de 2012

The Cure - Sinking

Sinking


En ese haz de luz que se vuelve una amarillenta línea de la tarde que se va, las persianas nos esconden como secretos que no quieren ser contados jamás. Y así dejamos el alma quieta y sedada, pálida y adormecida como lengua que ha bebido demasiado esta vez. Y con el alma callada, el cuerpo transformado en secreto, nos hundimos. Nos hundimos.

Ya no son los ánimos los mismos de antes, pensamos demasiado para caminar tan solo un paso por vez, ya no corremos tropezando pero levantándonos riendo. Algo se ha dormido también desde dentro y buscamos con que despertar ese gato que sueña dentro de uno con aun corretear dos o tres ratones mas, pero que tiene ya demasiada pereza para cazar.

No cazamos mas que resfriados en esta quietud, en esta mal sana calma que nos atormenta y angustia sin causar en la fachada un solo cambio siquiera. Quien nos mira después de una larga ausencia, nos reconoce y desconoce al mismo tiempo, pero como todos, miente y nos dice que todo en nosotros sigue igual, como si no se diera cuenta de estos herrumbres y escombros y vacíos y huecos y polvos y antigüedades coleccionadas mas a fuerza que por gusto, memorias de todo eso que no se va, que no hemos sacado para olvidar y para perdonarnos a nosotros mismos jamás.

Se acumula una película que cada vez dura mas, seguimos grabando sin parar en los estudios de una cinematografía silente y monocromática, sin mas argumento que el de continuar. Olvidamos los diálogos, la continuidad, los encuadres, e incluso la fotografía antes caliente, ahora se nos dibuja en un azul ártico que nos paraliza los huesos y nos muerde la carne.

Nos estamos hundiendo. Sin salvavidas, sin botes de emergencia, sin capitán en el barco. Nos hundimos y la superficie cada vez nos queda mas lejos de las posibilidades. Poco a poco nos hundimos y la luz se va opacando. No me creas, pero incluso el alma me parece algo mas turbia que al principio del caos.

Hablamos con nosotros mismos y nos decimos que todo está bien, que nada ha cambiado, que solo es un bache en el mar, que el agua se ha hundido un poco para asustarnos. Nos engañamos a nosotros mismos como todos los demás. Y no podemos sentir temor, ya no. Hay una línea que pasamos si darnos cuenta a partir de la cual ya no se puede regresar y se pierde en la locura aquel que en estas fronteras del abismo, muestra un poco de miedo, respeto o piedad.

Ocultamos cada vez mas. Mostramos cada vez menos. Decimos lo mismo de diferente forma, habamos poco ya, y decimos menos aún. La madera de nuestra carne se transforma en concreto, todo lentamente, paulatinamente… Imperceptiblemente. Hoy estas aquí, creyendo que te hundes, y mañana te darás cuenta que realmente estabas flotando y que ahora si, te hundes… Es el ciclo de las cosas, la marcha de los signos. El deber de tus sueños y secretos es hundirse junto contigo siempre.

Ahora la tarde se ha marchado y solo quedan sombras borrosas y rostros irreconocibles. Cierras las persianas por temor a que puedas ser visto desde fuera. Hay que extremar precauciones.

Callamos y nos hundimos. Nos hundimos. Quisiéramos olvidarlo todo, padecer de nada, volver al vacío. No sabíamos que tratando de ser importantes causaríamos el hundimiento, como sucede con todos. Pensamos que seriamos diferentes. Pesamos que nosotros romperíamos con la historia que incesante se repite desde siempre y no se rompe jamás. Ahora ya lo sabemos… Ahora ya sabemos que el deber es el hundimiento. Ahora sabemos que ya no sentimos. Ahora sabemos que ya no podremos recordar nada, algo, lo que sea. Ahora sabemos.

viernes, 10 de agosto de 2012

David Sylvian and Robert Fripp - Wave

Waves...


En muchos sueños he visto la escencia de esto que en mis manos se desgarra al despertar. En muchos sueños he visto romperse una ola contra los diques del tiempo innamovible y la vista no abarca todas las costas de lo posible. Un día gris tras otro y uno más, hasta que todo es demasiado violeta para continuar.

Miles de sueños que se ahogan en espuma y sal. Miles de sueños que yacen en el fondo de muchas cosas sin despertar y de vez en vez existe anclas que los arrancan violenta y dolorosamente zurcando los fondos de la carne, pero nada mas. Nada mas.

Son días en que mejor es todo dejar ir, soltar los amarres de la alegría para que se vaya lejos y abra sus velas con otros vientos porque hay un estío dentro de nosotros que nos asfixia en estos tiempos... Siempre estos tiempos. Siempre creer que nada se interpone entre las olas y tu, siempre creer que es solamente agua estrellandose bajo tus pies sin pensar jamás que esta agua es la que escarba la arena bajo tus pies dejandote flotar en el aire, o arrastrandote lejos.

En muchos sueños las olas aparecen y siempre parecemos saber como no ahogarnos. Siempre el horizonte claro allá en el fondo de las cosas. Siempre la calidez de una luz que no nos toca.

Desliza la punta de tus dedos de nuevo como solias hacerlo, sobre mi. Desliza de nuevo la mirada por los cabellos mi sueño cuando bajo la tenue luz creo verte aparecer. Mueve de nuevo el estanque de silencio, dejame adivinar que las olas no nos ahogaran por siempre y que en dias como estos, simplemente flotaremos. Déjame adivinar que en tardes de lluvia las olas crecen y los destellos de gris y morado nos entristecen sin que rompamos la superficie que nos sostiene.

Muchas veces soñando con las llaves que nos abran los secretos de la marea, encontramos mapas de islas remotamente inaccesibles. Y las olas nos llevan... Nos llevan siempre demasiado lejos de donde queremos... En tarde como esta soñamos y dejamos que las olas nos lleven siempre a donde no queremos.

lunes, 30 de julio de 2012

VNV Nation - Electronaut

Electronauta


Mis ojos han perdido la gravedad y la mirada flota envuelta en un velo negro de pocos brillos intensos. Tras de mi hay un fuego que extingue y consume mis combustibles internos, esos líquidos que arden con cualquier chispa y se extinguen pronto en el aire. No quedan ya reservas para retornar a ninguna parte.

Hundido sin tierra ni pertenencia en esta silla de soledad tan confortable, vislumbro abismos superiores que se abrirán al paso de mis latidos, motor inasible que lleva siempre lejos, demasiado lejos, insondables ilusiones. Marcha de pulsos digitales, códigos binarios de sístole y diástole que nadie descifra, mensaje apuntando tambien a ciegas, a nadie, a ninguna parte.

Con la lengua sin aire y estos músculos deprimidos por aplastantes sinsabores, cierro la escotilla de mis sueños para que ya no le bañen ni luz ni aire. Desgarro de uñas y metales, asfixia de ilusiones que de todas formas, no soportarían el viaje. Con la mirada fija arranco el corazón y los combustibles que sin saber alimentan su oscura vorágine. Me aferro a lo poco que queda en este habitáculo insípido en que se ha convertido mi cuerpo y mi carne y floto... Floto sin sustento en medio de la ingravidez del no me importa, del que esto se acabe, del no voy a ninguna parte.

Brillos lejanos, inalcanzables. Los cielos abismales cuando no están coloreados, suelen ser monótonos y sórdidamente desolados. Por fin la ruta a ninguna parte, por fin la nubosidad de la memoria y la sinrazón de existir. Por fin la caída de los brazos desistiendo de esto que fue un proyecto que no nos llevaría, si, adivinaste: a ninguna parte.

Floto con los ojos cerrados para no ver cuando esto acabe. Envuelto de la ingravidez de no sentir por no querer aterrizar jamás en tierra de nadie, con las reservas al rojo anunciando que pronto no habrá ya ningún viaje. Esta vez no hay las doradas manzanas ni las plateadas manzanas de nadie, ni soles ni lunas, ni nada. El vacío es simplemente flotar en el aire, solo, sintiendo tus huesos triturarse con el peso del silencio que, nuevamente, otra vez, para ti se abre.

No quedan ya reservas para ir a ninguna parte...

miércoles, 30 de mayo de 2012

Assemblage 23 - Anthem

Anthem

We are born of stone, And etched by wind, We're cast aside to live or die, We are the pawns in our own game. Like refugees, Of silent wars, We step on ever-shifting ground, Promoting what we undermine. For countless days, We walked alone, Directionless and vulnerable, Sitting targets wearing smiles. No one of us will go unscathed, By private battles we have braved. A vicious circle we have built, Constructed from our shame and guilt. The flags we wave, Are set afire, To warm the bones of infant dreams, Even as our present's set ablaze. The tinderbox, We sit upon, Decays in churning mists of fog, And crumbles down into the sea. No one of us will go unscathed, By private battles we have braved. A vicious circle we have built, Constructed from our shame and guilt. We lie embraced, In the arms of dawn, The fading echoes of pointless time, Statuettes of ignorance. And even as, The clock hand sweeps, We pay no mind to where we are, Surely we're not allowed to die. No one of us will go unscathed, By private battles we have braved. A vicious circle we have built, Constructed from our shame and guilt.

:Wümpscut: Christ(fuck)

martes, 29 de mayo de 2012

Frozen


Tengo a Dios frente a mi congelado estas noches. El silencio me invade llenando mis pulmones con un aire que no se como respirar. Mis brazos, mis pies, te trajeron hasta aquí y ahora se me escurren las noches enteras de insomnio, pasando ese momento cuando vi tu mirada asustada, como un bucle de alguna película muda y sin sentido. Sin ti, el sueño, mi sueño, jamás regresará.

Tengo las manos de Dios frente a mis ojos y no las veo moverse. Están atadas al frío que aquí amenaza y no quiero se acerque a ti. Dios me ató a mi las manos, los pies, las posibilidades todas y me hizo saber que era momento de dejar todo en las suyas, en sus manos, pies, posibilidades y voluntades caprichosas. Y no veo las manos de Dios moverse para desatarte de este estruendo sordo y ciego que ahora, amor, nos invade.

No veo las congeladas manos de Dios deshaciendo el nudo con el que esta trampa maldita, que sobre todos se cierne, te ha lazado ahora en estas noches que tanto me duelen. Y en medio de mis humanas posibilidades, que nunca son siquiera suficientes, veo tu incesante lucha, tu solitaria existencia colgando de ese nudo ciego y cruel. Es tanto el dolor, que mi llanto se queda ahogado dentro de mi, escurriendo en cada parte, sin encontrar salida alguna que apacigüe este dolor.

Dios, atado de manos, sin moverse, nos observa. Sabe que mi único sueño en estas sangrantes noches, es verte aparecer caminando por ese largo y frío pasillo en que te solté la mano y cruelmente te dejé en otras manos que no eran mas las mias, ese instante del cual me arrepiento tanto… Verte aparecer como antes, como siempre, sonriente y radiante y decirte: “anda, amor, larguémonos de aquí, a vivir lo que queremos en otra parte”… Pero no sucede, por mas que veo y paso la noche sentado frente a ese pasillo, no apareces. Y Dios que nos observa no se mueve… Tengo a Dios congelado en el corazón de estas tardes. Tengo a Dios congelado en el frío que sin ti me invade.

Quisiera congelar el tiempo también. Llevarte lejos, donde ningún frío nos alcance. Llevarte lejos es lo que tenia que haber hecho desde el principio, escapar contigo de todo esto que nos persigue y no nos dejará jamás hasta alcanzarnos, pero como quisiera hacer que a eso maldito le cueste demasiado lograrlo, que se desmaye dos o tres veces antes de vernos las huellas en la nieve, que se raspe las rodillas y el rostro antes de darnos alcance, que sufra al menos un poco y sienta lo que nosotros cuando nos persigue con su sombra.

Apunto a Dios con un arma y quiero obligarlo a hacer lo que mereces que haga, que te ayude a escapar y te devuelva a nosotros, a mi que te necesito tanto, porque no es Dios quien te mantiene en esta trampa y estado… No. Es ese nudo de una sombra maldita que no se va a pesar de que le grite tanto que te deje en paz para siempre. Es ese frío que viene a lastimarnos y que quiero atrapar en mis manos para con toda esta ciega y sorda furia, despedazarlo, arrancarle con los dientes pies y cabeza, con mis dedos, con mis fuerzas todas, extraer cada gota de sus entrañas y saber así que ya no puede alcanzarte jamás. Pisarlo hasta que sea una oscura mancha en el suelo de este pasillo que nos separa y que no me deja sentir de nuevo tu piel, tu calor, tu existencia palpitante que me llena todo y se ha convertido en mi único latir.

No es Dios quien te tendió esta trampa que nos consume en estas noches. Pero grito a Dios que te desate de esos nudos que mis manos no alcanzan a tocar, porque sólo Dios puede llegar a esas alturas. Y le he gritado, le he insultado, ofendido, suplicado… ¿Y Dios? Congelado… Y congelado quedará para siempre mi corazón si Dios me decepciona esta vez que no podría perdonarlo, si Dios no se mueve a tiempo para sacarte de aquí y entregarnos tu vida que esa maldita cosa nos ha secuestrado.

Tengo a Dios congelado en la punta de los dedos y me da miedo que no haya comenzado a moverse. Tengo a Dios congelado en mi respirar que solo me ahoga desde que solté tu mano tras ese corredor que me heló también la sangre.

Dios y yo estamos congelados. Nos miramos uno a otro porque esto fue ya demasiado y vemos como luchas incansablemente, en cada respirar y cada latido, en cada segundo... Y ni el ni yo, nos quedaremos de brazos cruzados.

Esta noche, Amor mío, apunto a Dios con un arma para obligarlo a que haga su trabajo: Sacarte de ese laberinto en que tu alma se encuentra angustiada y llorando en silencio, y que no sabes como me duele imaginarla, imaginarte, temerosa y sola en esas penumbras sin mi mano para calmarte, sin tu aliento para poder creer ser capaz de todo, sin tu mirada que me hace saber que estas aquí y no me dejarás mas… Y si Dios no me ayuda a pesar de eso, lo mataré y mataré este corazón mío que me está estallando dentro y ya no aguanto.


Tengo a Dios congelado, sin moverse y haré con él el último trato: El te saca de aquí y yo no disparo…

viernes, 30 de marzo de 2012

When It´s Over


Tras el polvo de algunas memorias y resequedades, la mente comienza a girar nuevamente. De los rescoldos del tiempo se sabe que se avecina lo cotidiano, lo usual, lo de siempre. Sólo el alma es capaz de engañar a la mente y solo la mente sabe cuando se deja engañar. El corazón? El corazón solo es un sapo que siempre late.

De pie en los escombros y sacudido por extraños alumbramientos, esto parece el paisaje de la cotidiana desilución, disolución, involución. Paredes que nada sostienen y solo quedan los clavos donde se colgaban cuadros de antiguas sonrisas. Lozas rotas por los suelos y carcomidas migajas de besos, mendrugos que nadie recogió a tiempo. Es como el tardío despertar de un primero de Enero, con la resaca en los ojos y arrepentido de todo lo que supones que en medio de la embriaguez, hiciste dejandote llevar por esos engaños del cuerpo. No lo recuerdas, pero sabes que alguien, tarde o temprano, vendrá a hacerte el recuento.

Cuando todo se acabó sabes que ha llegado la hora de buscar las botellas vacías para tirarlas al salir, desechar los cascarones de lo que bebiste hasta el hartazgo y el fastidio, hasta que la lengua se te durmiera. Buscar los ceniceros donde apagaste las colillas de esos pequeños y placenteros fuegos antes de arrojarlas con asco, lejos.

Es momento de buscar tu saco porque cuidaste no dejarlo lejos ni jamás dejar mas rastro de prendas por si alguien se ponía pesado y tendrías que salir sin despedirte. Buscar en su bolso interno tu cartera, asomarte y comprobar a cuanto asciende el gasto... Siempre divertirse es un despilfarro. Pero también siempre apartas suficiente para el taxi que te regresará a tu vida comfortablemente.

Y llega el momento en que todo acaba, ves los rostros de los presentes, iluminados ahora por la claridad del día y ya no parecen tan alegres, ni interesantes, ni tan entusiasmados como en el calor de la madrugada y sus vapores. Sabes que todo pasa, pero hay cosas que solo duran una noche. Es hora de ir a extraer tu música antes de que te rayen ese preciado disco que nadie supo entender, pero que tu lo compartiste y guardarlo en su caja, luego en tu bolso, para una mejor ocasión.

Es momento de hacer el nudo a tus zapatos que aflojaste porque pensaste en medio de la embriaguez, que te quedarías toda la vida. Es cuando todo acaba que miras alrededor y te preguntas cuanto tiempo habrá pasado. Es cuando todo termina que te sacudes de las hombreras elogios y ofensas, dichas o recibidas al calor de un tinto o uno en las rocas, que al final, todo queda entre conocidos.

Es cuando todo acaba que te miras al espejo y sabes que volverás a casa hecho una ruina, que nadie dirá nada cuando llegues y te dejarán dormir hasta que anochezca nuevamente. Es cuando todo termina que miras los sueños de todos regados por los suelos, cuando ves la última aceituna por disfrutar del tazón y te la llevas a la boca como amargo desayuno mientras contemplas el final y dejas el palillo con cuidado para que nadie despierte, porque es tiempo de marcharse. Porque la fiesta de la vida no se trata de ser quien divierta a todos con sus chistes, ni de ser quien el mejor vestido, tampoco de ser el anfitrión ni un invitado del invitado. La fiesta de la vida se trata de saber llegar no demasiado temprano, ni demasiado tarde y sobre todo, de saber marcharte a tiempo, antes de que sea demasiado tarde, cuando todo haya terminado...