sábado, 20 de agosto de 2011

Remembering You In Silence


De que me sirven las ganas y la risa y la tristeza; las flores que acabo de poner sobre una tumba y ahora o se secan o se congelan y a nadie le importa. De que sirven los sueños de hijos que no tengo ni tendré y los hijos de estos hijos. De que me sirve este rabioso insomnio y este librero virtual que no es otra cosa que basura virtual arrojada al espacio. De que me sirve la sarna de los gatos y el café de mala muerte que dio asilo por un par de horas para escribirte esto. De que me sirven las notas altas de esas canciones viejas de amor... El Amor siempre es el mismo, son la gente y las canciones las que envejecen. De que me sirve la sangre vertida en el ruedo, la religión que se profesa por televisión después de las 12 de la noche. De que me sirven estas botas estos pantalones para caminar en la nieve, si aquí nunca cae nieve. De que me sirven si basta que cambie el horario para que sobre mi casa aparezca la oscuridad antes de que mis pies lleguen. De que me sirve el auto y las pocas ganas, de que me sirve la ropa sucia que se lava en casa, de que me sirven las fiestas pendientes que se acumulan desde hoy y hasta el fin de semana. De que me sirve ganar, trabajar, conquistar a una mujer. De que me sirve teñir de rojo mi corazón si con el tiempo terminará pálido y rasgado como esas banderas en febrero que se izaron en Septiembre.

En esta espera me he cuestionado cambiar el giro de la vida: Hoy abarrotes, mañana que mi alma venda conservas... Habitaría con gusto la cueva de un animal cualquiera, donde pueda poner dentro una camita y una vela encendida donde cualquier hombre pueda vivir, comer, leer en silencio.

De que me sirve este ruido de la industria que es aún así, lo más parecido al silencio, por continuo y ordenado. De que me sirven las palabras sueltas y absurdas dichas en este café... La gente abre la boca a la mínima provocación sin tener nada que valga la pena decir... Como sea, las pláticas absurdas de este café y la música de los bares no son mas que ruido, por lo menos para hombres como yo que preferimos el sostenido de un lamento, o la repetición incesante de una misma nota sólo porque nos gusta, siempre en los mismos tiempos, siempre en la misma escala, siempre con el mismo instrumento. Siempre a la misma y solitaria hora.

Me convenzo de que el silencio es la continuidad de sonidos, a los decibelios que sean. Me parece entonces que gritar una frase mil veces seguidas (como "te amo, te amo, te amo...") es, también, como guardar silencio.

El ruido, de que me sirve? El ruido no es sino representación de lo que no hablamos muy a menudo: las frases que nos hieren sin que podamos reclamarnos, eso si es ruido. La tarde del sábado donde deseo correr a buscarte pero me siento perdido.

De noche busco tu voz y me encuentro siempre con este silencio, de noche busco las claves que existen para hacer callar el mundo, tu mundo y poder escucharme, y hasta hoy, no las he encontrado. En el proceso al menos he aprendido que es este silencio: lo único que permite a nosotros los muertos, seguir recordando.

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