sábado, 27 de agosto de 2011

Enough


Cuantas veces te dejas seducir por la inconsciencia? Así se aprende en la vida, no me corresponde obstaculizar tu aprendizaje. Pero cuantas veces te dejas seducir por la inconsciencia? El pensamiento es algo que debe masticarse por años para mas o menos aprender a manejarlo, hay que equivocarse y cometer errores, rasparse las rodillas y aprender a levantarse, hasta que llegue ese día en que camines seguro y sin las prisas de la juventud y ya no caigas más... Until?... Enough?... Aún no lo decido.

Lo que si he decidido es que esta noche me he puesto a escribir, y no mis versos más tristes como Neruda, sino el silencio donde radica la razón. El concenso de ambos llegando a las metas, el paralelismo de dos almas que no saben que hacer... Lo que sea, pero algo hacer... Lo que sea pero algo que el tiempo no se harte del segundero una noche más. Una vez lo pregunte: ¿Hasta cuando un cuerpo se cansa de otro cuerpo? Y me pregunto si habré formulado bien esta interrogante/arrogante... Un cuerpo se cansa de otro cuerpo hasta que no lo soporta más, hasta que se lo quita de encima, hasta que respira aliviado de las penas y naufragios, hasta que sabe que no hay más allá. Me lo preguntaba porque sabía lo que se avecinaba, nada nuevo, lo acostumbrado, lo que ha pasado tantas veces en este devenir por el valle de lágrimas... Porque también sabía que tampoco para ti sería suficiente ese impulso que nace por las noches y te mueve durante el día. Es normal que tu cuerpo exigiera mas, que tu espíritu en fuga quisiera saber algo más... Algo que ya nunca sabrá y que ahora te lo preguntas. Pero esa pregunta poco a poco irá desapareciendo de tu mente, nada que el tiempo no cure.

En estos días y noches, una tristeza gris y pesada invadirá tu cuerpo. Déjala ahí, poco a poco irá desapareciendo, simplemente sucede, y un día despertarás y sin darte cuenta se habrá marchado. Ignorarla es el mejor remedio.

Suficiente dices... Suficiente, repito. No más, exclamas. No mas, asevero. Tomar la vida con lo que te da y te quita, con lo que te otorga y te niega no es fácil, pero es lo más sano para el alma Suficiente porque tu cuerpo ya no soporta mi cuerpo, porque mi cuerpo es más de lo que peso yo mismo. Un hombre tiene dos pesos: El del cuerpo y el del espíritu. La mujer tiene dos pesos, el del cuerpo y el del corazón... Suficiente, dices. Suficiente, me parece que está bien.

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