miércoles, 27 de julio de 2011

Cold Blood


Después de la tormenta, viene la calma, dicen los que saben, o al menos los que han sobrevivido. Después de la noche el día, después del calor, el frío. Todos los ciclos se suceden uno tras otro, intermitentes, aletargados por las vueltas del mundo.

Sobre una lápida, pienso en los recuerdos que tengo, en las tormentas que me faltan por sobrevivir, en los calores y los fríos. Volver a la tierra es reiniciar el ciclo, fomentar la vida con la muerte, nutrir lo estéril y contemplar... Solamente contemplar.

Un día tendré tanto frío en el alma que gritaré tu nombre para hallar cobijo en tu recuerdo, y no responderás. Un día el calor será tanto que me consumiré en el fuego irremediablemente sin el agua clara de tu piel. Una noche despertaré agitado porque me parecerá percibir tu aroma, y no habrá sido mas que una noche más. Un día me daré cuenta que hace mucho ya no estas.

Contemplaré el tiempo pasado de la misma forma que los huesos contemplan el roer de la tierra. Ya no tendré nada de ti, que eras mía, ya no estarás aún cuando sea necesario, te habrás marchado porque soy imposible o simplemente intolerante. Y nos daremos cuenta que las cosas que se dicen pesan mas que demasiado, que las cosas que se hacen, pasan tan pronto al pasado, que los sueños que se tienen, tan pronto se van empolvando. Y sentiremos que la vida nos ha pasado por encima, y creeremos que dejamos de ser especiales, y dudaremos de Dios y del Diablo. Y nos preguntaremos como fue que todo se vino abajo... En ese tiempo cuando todo se haya para siempre perdido...

Después de hoy, seguiremos vivos, después de hoy amanecerá también, después de hoy habrá noches y habrá días y habrá todo lo que ha habido siempre y quizás algo más. Y aún así, después de hoy, tendrás frío al despertar, será el abandono del alma mía, el desapego de mi ser...

Miercoles 03 Noviembre de 2010

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