sábado, 13 de julio de 2013

Tomorrow´s Tears


Cuando el salmón nada contra la corriente sabe que no habrá retorno posible a ningún lugar. Abrazado al ultimo suspiro que la vida le ofrece arranca la piel de los deseos y se sumerge en el fondo de las sensaciones ultimas y devastadoras.

Así de la misma forma quisiera yo adherirme de tu piel y sus estrellas encendidas, para arrancarme a suspiros lo ultimo que tenga que respirar. Que el agua de los ríos que nacen de ti me congelen los pulmones y me hiervan la sangre, que me destroces la piel con tus colmillos del hambre que nos tenemos y no podemos saciar. En el fondo de ti ver las rocas verdes y azules, grises de tu alma mientras no hay marcha atrás y nos arrojamos río arriba sabiendo que será la primera y ultima vez.

No hay mas que placer absoluto en esta inmersión, perdernos absolutamente siempre y para siempre como si en verdad no existiera la muerte después de calmar hambre y sed. Ahogar todas nuestras voces en una mordaza de labios y torrentes. No hay mas que placer contenido en lo que queremos desahogar para morir en paz.

Río arriba sabemos que significa: todos los riesgos que vale la pena correr. La cercanía de los roces, una mirada fija que congela todo pensamiento y mudos ascendemos en la carne. Perdemos todo, vida y tiempo se detienen y un suspiro podría comenzarlo todo, un temblor en los labios, una micra de segundo mas que nos miremos fijamente, un verte los labios podría llevarnos a todos los fondos que deseamos.

Contra toda predicción, río arriba nadamos y luchamos cuerpo a cuerpo por detenernos mutuamente sin lograrlo. ¿Como ahogar un único, ciego, obstinado, encarnado deseo? ¿Como si sentimos la piel del otro en la cercanía de los labios? ¿Como si basta que no bajes la mirada para decirme no pares, no te detengas y sigue, por lo que mas quieras?

Cuando la corriente sea ya demasiado fuerte, cuando lo hayamos logrado, nos dejaremos arrastrar. Si, arrastrar. soltaremos las amarras de lo bueno y lo malo, no mas negro/blanco. Dejaremos que los cuerpos se arrastren enredándose mientras apagan sus últimos deseos y nuestros cadáveres viajan río abajo, dichosos, frágiles, extasiados, sueltos y entregados a saber que podemos ahogarnos mil veces, pero como esta, nunca una más...

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